Todos hemos visto esta imagen cientos de veces. Dicen que es el beso más famoso de la historia, con permiso del de Doisneau en París. Era 14 de agosto de 1945, el presidente Truman acababa de anunciar el final de la guerra contra Japón y la euforia se apoderó de Times Square. El fotógrafo Alfred Eisenstaedt inmortalizó una imagen para la historia. La revista Life la convirtió en un icono, al publicarla 12 días después. Hoy hemos conocido la noticia de la muerte de la enfermera que lo protagonizó, pero... hay mucha historia detrás de esta historia.
¿Quién era la enfermera?
Hoy parece aceptado que los protagonistas de la imagen fueron el marinero George Mendonsa y la enfermera Greta Zimmer Friedman. Pero llegar a este consenso ha costado casi 70 años. Varias han sido las personas que se han identificado con los dos protagonistas de la imagen, y diferentes investigaciones han ido arrojando luz sobre el asunto.
Empecemos por ella. En 2010, la prensa mundial se hizo eco de la muerte de la enfermera de Times Square. Se llamaba Edith Shain, y su nombre no fue conocido hasta los años 70. Contaba 91 años cuando murió y su versión de la historia era que, aquel día, ella era una enfermera en Nueva York que había decidido salir a la plaza más famosa de la ciudad a celebrar el final de la guerra cuando un marinero la besó y... el resto ya lo conocemos.
Pero, entonces, llegó el libro The Kissing Sailor: The Mystery Behind the Photo that Ended World War II, de Lawrence Verria y George Galdorisi, publicado en 2012. Se trata de la investigación más profunda que se ha realizado sobre el asunto, incluyendo testimonios de quienes estaban aquel día en Times Square y estudios sobre estatura, color de pelo y otras características físicas. La conclusión alejó el foco de Edith Shain y convirtió en protagonista a Greta Zimmer Friedman, quien, añadiendo más leyenda al asunto, era una judía austríaca cuyos padres habían muerto en el Holocausto.
Greta Zimmer Friedman falleció el pasado jueves 8 de septiembre. Hace 71 años, era una asistente dental que salió a la calle el 14 de agosto para comprobar si era verdad que la guerra había acabado y acabó en brazos de un marinero en un beso para la historia.
¿Y el marinero?
La historia del kissing sailor y la investigación sobre su identidad siguió unos pasos muy similares a los de la enfermera. En ambos casos ha habido controversia, pese a que las últimas investigaciones dan casi por seguros a Mendonsa y Friedman como protagonistas.
De todos modos, en 2014, se anunció la muerte del kissing sailor de Times Square... Pero George Mendonsa sigue vivo. De quien se habló en aquel momento fue de Glenn McDuffie, un cartero tejano que, en 1945, era un joven marinero de 18 años. Incluso un policía forense de Houston analizó las imágenes y dio por segura su presencia en la foto.
Dos años después, sin embargo, todos parecen aceptar la teoría de George Mendonsa como el famoso marinero que expusieron Verria y Galdorisi en su libro.
Uno de los puntos más paradójicos del asunto es que Mendonsa se encontraba en una cita con otra mujer en el momento en que se anunció el final de la guerra. Había acudido a un espectáculo en el Radio City Music Hall con quien acabaría convirtiéndose en su futura esposa, Rita Petry, que –suponemos que para su disgusto– acabó siendo espectadora de lujo de cómo su futuro marido besaba a otra mujer. «En todos estos años, George nunca me ha besado así», declaró en 2012.
Greta Zimmer y George Mendonsa se reunieron en 2012, por iniciativa de la CBS, en Times Square, claro.
¿Es el beso más romántico de la historia?
Greta Friedman declaró en 2005 que el marinero vio en ella una representación de todas las enfermeras, a las que estaba agradecido por sus tareas durante la guerra. Él mismo estaba agradecido por no tener que volver al frente del Pacífico. En palabras de Greta: «No fue algo romántico. Fue algo así como un 'Gracias a Dios, la guerra ha terminado'».
Mendonsa, por su parte, afirmó que el espectáculo que estaba viendo en el Radio City Music Hall se interrumpió para informar de que la guerra había acabado. «Salí fuera, estaba exultante, vi a una enfermera y la besé por pura alegría», declaró Mendonsa.
El beso de Eisenstaedt ha quedado para la historia como un símbolo del romanticismo, pero parece que la realidad habla más de un momento de euforia y celebración de la paz, del final de la guerra y de un nuevo comienzo después de años de contienda.
Un momento... ¿y si es acoso?
La revisión de momentos o iconos históricos –y, sin duda, esta imagen lo es– desde la perspectiva actual siempre resulta polémica. Durante décadas, hemos visto la imagen del beso en Times Square como el paradigma de lo romántico, incluso después de conocer la historia de que el beso fue bastante casual.
Pero recapitulemos lo que conocemos sobre el beso, reconocido por ambos protagonistas: George Mendonsa, mientras presencia un espectáculo en el Radio City Music Hall, se entera de que la guerra ha terminado. Casi al mismo tiempo, Greta Friedman escucha la misma noticia. Ambos salen a la calle, se encuentran en Times Square y se besan, sin importar la presencia a pocos pasos de la novia del marino.
¿Se besan? Bueno, en realidad no. Según declaraciones de la propia Friedman, fue Mendonsa quien se abalanzó sobre ella y plantó sus labios en los suyos. «De repente, estaba siendo agarrada por un marinero. Era muy fuerte y me estaba sujetando muy pegada a él. En realidad no fue algo romántico, solo alguien celebrando», declaró Friendman en 2005.
La imagen parece confirmar sus palabras. El agarre del marinero, la postura forzada de ella, un brazo en su cintura y otro bajo su cabeza... No parece que Greta Friedman tuviera demasiadas opciones de rechazar el beso. ¿No llamaríamos a este beso, hoy en día, acoso sexual?
Varias bloggers han puesto el tema bajo el foco. Lori Adelman, en Feminist, fue una de las primeras en hablar de ello, recogiendo las reacciones a la publicación en Crates and Ribbons, un blog norteamericano, de las críticas al famoso beso, al que considera un icono de la «cultura de la violación». Tras una ardua polémica con lectores del blog, Crates and Ribbons publicó una segunda parte, contradiciendo los argumentos dados por los defensores del kissing sailor.
La historia ha escrito su propia leyenda sobre el beso de Times Square y va a ser difícil que deje de ser considerado un icono de lo romántico, pero, tras la revisión actual de la imagen y los hechos que conocemos, cabe preguntarse si la imagen recoge un comportamiento aceptable.
Imágenes | Gtresonline.
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