El Ballet Bolshoi de Moscú ha perdido a una de sus estrellas debido a la invasión rusa de Ucrania. La bailarina Olga Smirnova, tras manifestar públicamente su oposición a la guerra, ha anunciado su incorporación al Ballet Nacional Neerlandés.
Fue a través de Telegram donde Smirnova, cuyo abuelo es ucraniano, se declaró "en contra de la guerra con todas las fibras de su alma" porque aseguraba que no podía "permanecer indiferente ante esta catástrofe mundial". Además, confesó que "nunca pensó que se avergonzaría de Rusia", y que con la invasión siente que "se ha trazado una línea que separa el antes y el después".
"Seguimos viviendo como si fuera el siglo XX, aunque hayamos pasado formalmente al siglo XXI. En un mundo moderno e ilustrado, lo que espero de las sociedades civilizadas es que resuelvan los asuntos políticos mediante negociaciones pacíficas", explicó la bailarina.
Aunque han sido "las circunstancias actuales las que han acelerado el proceso", Smirnova ha asegurado en un comunicado que llevaba "un tiempo considerando un cambio de aires en su carrera como bailarina". Además, la compañía neerlandesa ha señalado que la denuncia pública de la rusa hacía "insostenible" mantener su trabajo en su país".
De este modo, el Ballet Nacional Neerlandés (Het Nationale Ballet) le ha dado la bienvenida a Países Bajos, donde debutará interpretando el papel principal del ballet ruso Raymonda en su estreno el 3 de abril.
La bailarina se ha declarado fan del coreógrafo residente del Ballet Nacional Holandés, Hans van Manen, y de la maestra de ballet Larissa Lezhnina. A su vez, el director del Ballet Nacional Holandés, Ted Brandsen, ha declarado estar "encantado" con la llegada de "una bailarina tan inspiradora" aunque las circunstancias que hayan impulsado el traslado "sean increíblemente tristes".
La noticia llega unos días después de que, durante la emisión de Vremya (uno de los programas pro Kremlin de mayor audiencia en Rusia), una periodista irrumpiera en el plató alzando ante la cámara una pancarta en la que podían leerse en inglés y en ruso proclamas de protesta contra la guerra y el gobierno de Putin.
Tras cortarse la emisión, la periodista fue detenida y condenada a pagar una multa. Aunque podría haberse enfrentado a ser condenada a 15 años de cárcel por el simple hecho de pronunciar la palabra "guerra", algo a lo que el Gobierno de ruso se refiere eufemísticamente como "operación especial".
Fotos | @leka.spb.ballet
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