Por qué deberíamos lavar nuestra ropa en frío en la mayoría de ocasiones (y no hacerlo muy a menudo)

Ser amante de la moda no se trata solo de conocer las últimas tendencias y tener un armario digno de Carrie Bradshaw, cuidar las prendas también es importante (incluso más). Lavar la ropa como una profesional puede alargar la vida útil de nuestras piezas sin demasiado esfuerzo, así podremos disfrutar de nuestros favs durante temporadas y temporadas.

Lavar la ropa de gimnasio por separado y no introducir las toallas y las sábanas juntas en la secadora son buenos consejos para hacer la colada, pero hay muchos más. Allyson Chiu, experta en soluciones climáticas del Washington Post, nos ofrece más ideas que no dudamos en aplicar en nuestro día a día. Porque sí, amiga, hacer la colada correctamente no tiene como único fin lucir una prenda como nueva durante más tiempo, también tiene relación con cuidar de la salud del planeta.

Conocer el impacto

Antes de profundizar en los consejos, es clave detenernos y ser conscientes de nuestros actos para poder modificarlos. Roland Geyer, experto en evaluación del ciclo de vida y profesor de la Escuela Bren de Ciencias y Gestión Ambiental de la Universidad de California en Santa Bárbara, explica que el impacto de la colada puede ser el mismo que el de producción de la prenda. Por lo tanto, de poco sirve invertir en una pieza de origen sostenible y lavarla prácticamente a diario. El daño para nuestro entorno es prácticamente el mismo.

Energy Star, un programa de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, pone números al asunto. "Una lavadora estándar usa alrededor de 20 galones de agua para cada carga (75 litros, aproximadamente) y las secadoras eléctricas pueden usar entre 1800 y 5000 vatios, o entre 1,8 y 5 kilovatios hora de electricidad por ciclo". Quizás estos datos te resulten difíciles de comprender, pero lo importante es saber que son una barbaridad.

Los expertos señalan que es esencial "elegir lavadoras y secadoras más eficientes", así que antes de comprar un electrodoméstico, deberíamos dedicar esfuerzo en descubrir su impacto medioambiental (también para ahorrar dinero en agua y electricidad).

Qué lavar y cuándo hacerlo

Además de las manchas visibles y del mal olor, Chiu señala que lavarlas o no depende de "cómo se usen las prendas y del tipo de material". Elena Karpova, profesora de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, nos recuerda que muchas vestimos una camiseta durante unas horas y ya la dejamos en el cesto de la ropa sucia, un gran error. Antes de decidir si debemos o no introducir la prenda en la lavadora, deberíamos hacernos dos preguntas: ¿Está limpio? ¿Necesita ser lavado? En muchas ocasiones, nos daríamos cuenta de que, realmente, no necesita un lavado.

De qué material está hecha la ropa define, en gran parte, qué frecuencia de lavado necesita. "Por lo general, las fibras naturales como la lana o el algodón necesitan lavarse menos que los materiales sintéticos, como el poliéster. Si bien el poliéster funciona bien para la ropa deportiva debido a sus propiedades de absorción de la humedad, el material es "oleofílico", lo que atrae el aceite de la piel que puede contribuir al olor corporal. Para empeorar las cosas, la investigación ha demostrado que los compuestos que huelen a sudor pueden adherirse a las fibras de poliéster y no lavarse por completo, lo que lleva a una acumulación de olores con el tiempo", explica Chiu.

Por lo tanto, las fibras naturales aceptan un lavado menos frecuente, mientras que la de origen sintético sí podríamos ponerlas en la lavadora tras cada uso.

A qué temperaturas lavar la ropa

Además de la regularidad, la temperatura es otra de las claves de la cuestión. Según Energy Star, el "90% de la energía que se necesita para completar una lavadora" proviene de calentar el agua. Realizar cuatro de cada cinco cargas con agua fría puede ayudar a reducir hasta 391 kilogramos de emisiones de CO₂ al año. Imagínate si lo hiciésemos todas.

Cosette Joyner Martinez, profesora asociada en el departamento de diseño, vivienda y comercialización de la Universidad Estatal de Oklahoma, lo deja muy claro: "los ajustes de agua caliente solo son realmente necesarios para desinfectar". Anótalo en tu mente: lavar con agua caliente es necesario en muy pocos casos.

Lavar en seco en la tintorería, una "bomba" para nuestro entorno

Cada vez se lleva menos ir a la tintorería a lavar en seco algunas prendas, pero esta práctica se sigue haciendo. "Además de la energía necesaria para hacer funcionar las tintorerías, las operaciones tradicionales suelen utilizar productos químicos contaminantes que pueden dañar la salud humana y el medio ambiente", leemos en el artículo del Washington Post.

A esto, le sumamos que las tintorerías suelen emplear bromopropano, "un poderoso solvente de limpieza en seco y contaminante del aire que se ha relacionado con el cáncer y el daño neurológico", apunta la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.

Secar la ropa al aire

Finalmente, hablamos del proceso de secado. Sumner recomienda que, si es posible, pongamos la ropa al sol para que pueda estar expuesta a los rayos UV.  "El vapor es otra forma de eliminar las arrugas y ayudar a refrescar las prendas", anota.

Joe Vukovich, abogado del personal del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, nos da el consejo más sencillo del universo: “Si se seca al aire [la ropa], se ahorra la mayor cantidad de energía”. Algo obvio, pero que suele caer en el olvido.

Si por cualquier motivo, no tienes más remedio que usar la secadora, acuérdate de limpiar regularmente el filtro de pelusa, el conducto de la secadora y los sensores de humedad para mantener la eficiencia en el nivel adecuado.

Como broche de oro, ten en cuenta estos tres puntos: lavar en frío, no hacerlo demasiado y evitar la secadora pueden alagar la vida útil de tus prendas mucho más de lo que piensas.

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Fotos | Angela Bailey, Priscilla Du Preez, Chermiti Mohamed