Como 'La sociedad de la nieve' pero con una adolescente sola en el Amazonas. La tragedia real que precedió a la de los Andes

Lo de los accidentes de avión con supervivientes que aguantan en condiciones extremas perdidos en alguno de los paraísos naturales que tiene América latina no es algo que empiece y acabe con el tan famoso de los Andes. De hecho, Netflix tendría material para hacer de La sociedad de la nieve el inicio de toda un saga... Es más, el último de ellos tuvo lugar el año pasado, cuando cuatro niños fueron rescatados después de pasar solos 40 días en la selva amazónica tras un accidente de avioneta.

No obstante, el caso del que que vamos a hablar hoy se trata, en todo caso, de una precuela de ambos: de este último, por la localización, y del accidente en el que se basa la última película de Bayona porque tuvo lugar un solo año antes de aquella tragedia aérea y porque guarda algunos paralelismos más con ella.

El accidente

Su protagonista es Juliane Kopcke, que tenía 17 años cuando se convirtió en la única superviviente de un accidente de avión tras el que, además, sobrevivió 11 días sola y perdida en el Amazonas.

Nacida en Lima, Kopcke era hija de biólogos alemanes asentados en Perú. No obstante, ella era solo una estudiante de instituto cuando el avión en el que viajaba con su madre se estrelló la víspera de Navidad en medio de la Selva amazónica, camino de la ciudad de Pucallpa, donde iba a pasar las fiestas con su padre.

La investigación posterior determinaría que la catástrofe se debió a varios factores como el pésimo mantenimiento del avión, errores graves del piloto y el sobrepeso que llevaban. A esto se le sumó una gran tormenta y el impacto de un rayo. El avión se partió por la mitad y la adolescente salió despendida en su butaca a 3.000 metros de altura. Por suerte, aterrizó sobre las copas de unos árboles, cuyas ramas frondosas fueron amortiguaron el impacto hasta llegar al suelo.

Cuando Julianne despertó un día después, se encontró rodeada por la inmensidad de la más densa selva, restos de avión y cadáveres. Los otros 91 pasajeros que viajaban en la aeronave aquel fatídico día no corrieron su misma suerte y fallecieron. Aunque luego se supo que 13 de ellos, que habían caído en otro lugar (entre ellos su madre), sobrevivieron al impacto pero fueron muriendo posteriormente por diversas causas.

Sola en la selva

Ella tampoco podía cantar victoria aún pues, tal y como sucedió en los Andes, ella también vio cómo los aviones y helicópteros de rescate pasaban de largo sin verla y  no tenía comida. Además, sabía que la fruta de los árboles era venenosa y no debía ingerirla.

Aunque solo tenía una clavícula rota ​y algunas heridas leves, una de ellas se le infectó con larvas de moscas. Así, entre un calor asfixiante, picaduras de mosquitos y el peligro  latente de encontrarse con algún depredador, siguió adelante recordando las nociones básicas que había aprendido de sus padres sobre cómo orientarse.

No podía saberlo pero se encontraba a 600 km de cualquier otro rastro de civilización. No obstante, siguiendo el curso de un arroyo de agua potable y, tras diez días andando por la jungla, llegó a un río. Siguió su orilla atravesando manglares y, finalmente, se topó con una canoa a motor y un refugio para cazadores. Allí esperó hasta que, a la mañana siguiente, unos leñadores la encontraron en un estado tan lamentable que creyeron que se trataba de un espíritu maligno de la selva.

¡Vive!

No obstante, tras escuchar su explicación, la ayudaron a regresar a la civilización, donde fue ingresada en un hospital sana y salva y pudo reunirse con su padre. Después, padre e hija regresarían a Alemania y Juliane acabaría convirtiéndose en un la prestigiosa especialista en zoología que es actualmente. Ella considera que selva le salvó la vida y quiere hacer todo lo posible por preservarla.

Aunque en 1974 se hizo una película muy mala basada en su historia (que ofendió a su protagonista porque, además, la retrataban como una niña tonta y miedosa), la mejor fuente para documentarse sobre este suceso es el documental de Werner Herzog. Y es que, por si esta historia no fuera ya lo suficientemente increíble, el directo alemán, que se encontraba filmando en Perú 'Aguirre, la Ira de Dios', estuvo a punto de viajar en el accidentado vuelo. Por ello, casi tres décadas después, Realizaría 'Alas de esperanza', un documental sobre la extraordinaria historia de Juliane.

Foto de portada | juliane_koepcke

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