Para algunos de sus efectos, el cambio climático es ya irreversible. O, al menos, lo es a escala de tiempo humana. Solo nos queda la adaptación. Así que, para descubrir cómo van a cambiar el clima y las estaciones durante los próximos 50, el canal francés de televisión 'BFM Business' le preguntó a Ilian Moundib, especialista en adaptación al cambio climático, qué supondrá exactamente aprender a vivir con ello.
Autor del libro 'Adaptación al calentamiento global' e ingeniero formado en la École Centrale de Lyon y el Imperial College de Londres, Ilian Moundib pinta tres escenarios posibles para el futuro:
En primer lugar, tenemos un escenario "azul" que se conseguiría con una fuerte bajada de las emisiones, tal y como establecen los acuerdos de París. Este sería el escenario optimista, en el que para 20250-2060 lo normal será lo que ya sucedió en zonas del sur de Francia y España en 2022, cuando una fuerte sequía obligó a muchos municipios a restringir su consumo de agua potable.
En segundo lugar se encuentra el escenario "naranja", de gravedad intermedia, que es también el que el experto considera más probable. En él, nos encontramos con una Francia cuya temperatura ha aumentado 4 grados por encima de la era preindustrial (actualmente ya nos encontramos en 1,7-2 grados).
Albert Dehon
En este supuesto, el experto declara que París pasaría a tener el clima de Montpellier y el clima de la mitad del país galo se parecería a la actual Andalucía. No obstante, el impacto que esto tendría no se limitaría a un calentamiento generalizado que simplemente se deja notar en los termómetros.
Francia pasaría a tener tres estaciones extra, tal y como explica Ilian Moundib: Una estación demasiado calurosa, con 7 grados más en el sureste de Francia, en la que habrá olas de calor que duran varias decenas de días, incluso varios meses. Al mismo tiempo, también se produciría un aumento relativo del 25 al 40% de las precipitaciones invernales en toda la mitad norte del país vecino. Es decir, todo ese agua de más que se ha evaporado con el calor, caería de forma repentinamente en el norte de la región.
Resumiendo: el cuadro es una Francia demasiado calurosa, con demasiadas precipitaciones pero, al mismo tiempo, demasiado seca permanentemente en las diferentes zonas del territorio. De hecho, todo el sur de Europa estará demasiado seco, en proceso de desertificación, según este experto.
Noe Araujo
Así que, para adaptarse a estos neoclimas, el tema más importante será la gestión del agua. El experto explica que la tierra estará seca y absorberá con menos facilidad las precipitaciones. Así que, el caudal de agua de agua de los ríos y pantanos será menor y nos encontraremos en una situación en la que tendremos que gestionar los conflictos por el uso del agua.
Para Ilian Moundib, la mejor solución es la hidrología regenerativa. Un planteamiento que apuesta por restaurar y regenerar las arterias y venas del curso de las aguas y todo a su alrededor mediante prácticas que fomentan la retención y filtración del agua en el suelo y subsuelo.
De este modo, el experto sugiere cultivar el agua y llenar nuestra parcela agrícola de pequeños embalses con suelos que no sean impermeables. Una forma de la agricultura para desacelerar el ciclo del agua. Además, el experto añade: "en la agroforestería, los árboles son el mejor almacenamiento de agua que tenemos".
CHUTTERSNAP
Es decir que, para Ilian Moundib, la agricultura francesa tendrá que pasar del paradigma de la eficiencia (que persigue el mayor rendimientos posible, pero conlleva accidentes relacionados con el cambio climático y la degradación del suelo) al de la robustez (menos rendimiento al año pero cultivos más resistentes). Del mismo modo, las ciudades también tendrán que adaptarse y ello requerirá una importante inversión pública.
Habrá que eliminar, en gran medida, la impermeabilización de las ciudades mediante la inclusión de redes azules (vías fluviales) y verdes (flujos de vegetación). También será inevitable la renovación térmica de los edificios que experimenten temperaturas demasiado cálidas. Porque, después de lo ya explicado, no creo que nadie quiera conocer las consecuencias del tercer escenario, de color rojo, donde el clima estaría ya fuera de control.
Foto de portada | ilian_moundib
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