Una era para el mundo de la moda llega a su fin, todo empujado por guerras comerciales por el control de las firmas que han dejado a YSL Rive Gauche en manos de de Arnault Pinault, dueño del grupo PRP. En esta lucha descarnada que no hace más que demostrar que el tiempo en que la moda eran diseños, y no luchas por el poder comercial, ha desaparecido, Pinault a favorecido a Tom Ford a la cabeza del Gucci e Yves Saint Laurent ha sido el gran perdedor en esta descarnada batalla.
El 7 de enero el gran diseñador emitió un comunicado donde reconoce que vive en un mundo diferente, donde la moda va más allá de buscar el control de las opas y anunciarse mundialmente de forma agresiva. Es el legado del maestro lo que en un acto un tanto quijotesco quedará cuando lo demás allá desaparecido. Pero sobretodo, nos encontramos con un punto importante, el desfile del próximo 22 de enero será un viaje en retrospectiva por todas las creaciones de Saint Laurent, una bello broche de oro para una mente delicada y estéticamente perfecta.
40 años de trabajo que se despiden en una noche en el Centro Pompidou. Catherine Denueve y Lou Lou de la Falaisse estarán en primera fila, fieles a quien las ha usado como musas y amigo personal. La duda que acaese al mundo de la moda es si "la bestia negra", Tom Ford, hará acto de presencia para disfrutar con los restos del gran imperio que ha logrado destruir. Es curioso que el querido Pierre Berge haya dicho una vez acerca de Yves que nunca había visto un vestido de Gucci, pues para él era como si no existiese. Aunque Tom Ford sí que ha visto miles de trajes de Saint Laurent. Una dura reflexión. Veinticuatro años de moda cerrarán un ciclo en nada menos que en dos días. Sin embargo, el terrible niño de la moda, el transgresor, el amo de la imaginación seguro que nos sorprende con un final de novela. Algo que que haga trascender su nombre aún más de lo que ya ha trascendido en una vida dedicada a la belleza.
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