Anuncian nevadas en la radio y se nos hiela el corazón... pensando en que en casa solo nos espera una nevera medio vacía con una lechuga, medio tomate y un limón que vivió tiempos mejores allá por el Pleistoceno. Y sobre todo que la ensalada que pensábamos perpetrar con ellos nos va a dejar más fríos que ya estamos.
Nuestro cuerpo nos pide guisos contundentes, pucheros que suban nuestra temperatura corporal y nos enrojezcan las mejillas, que nos dejen rebosantes de amor casero y nos arropen como una mantita por las noches. Y sí, algunos son tan fáciles de preparar como esa ensalada que tan tristemente habías planificado.
Los anglosajones lo denominan comfort food, vamos, lo que viene a ser el guisote reconfortante y aunque parezca mentira y pienses que lo tuyo es un caso perdido y que tus conocimientos culinarios son tirando a mediocres con tendencia a penosos, cocinar alguna de estas recetas es casi tan fácil como pasar un filete vuelta y vuelta por la plancha.
Lentejas al curry
El frío se contempla desde otra perspectiva cuando estás abrazando un plato aromático de lentejas como las que hemos visto en Directo al Paladar. Una receta súper fácil de hacer, perfecta para novatos en la cocina, que no se parece para nada a las lentejas de siempre y que además es una estupenda opción vegetariana.
Pollo guisado marroquí
Si estás cansado del pollo al ajillo o la tradicional receta de "a la cazadora", verás que con un sutil intercambio de ingredientes y un poco de pasta harissa se pueden hacer guisos espectaculares y siguiendo los mismos pasos que guisos tradicionales de España.
Dahl de lentejas rojas con cobertura de batata
¡Qué agradecidas son las pequeñas lentejas rojas! No necesitan remojo, se cocinan en un periquete y son las protagonistas de todo tipo de recetas. Como esta opción, la mar de exótica y reconfortante, que hemos encontrado en Directo al Paladar.
Guiso vegetariano de invierno con garbanzos
Un delicioso guiso de garbanzos con trigo bulgur y verduras al horno que hará las delicias de toda la familia sin necesidad de recurrir a la proteína de origen animal.
Sopa de ajo con jamón y huevo
O en otras palabras, sopa de nuestra infancia. Esa sopa humilde y que se hacía con los restos de pan duro pero que sabe mejor que el caviar más caro en las noches de invierno. Además, puede convertirse en todo un lujo si conseguimos un huevo fresco de granja.
Guiso de pescado
Ya te lo dice tu madre: nunca tomas el suficiente pescado. Porque te da pereza, porque tiene espinas, porque estás cansado de comerlo siempre a la plancha o rebozado. Menos mal que en Taste.com nos enseñan a guisarlo con tomates, judías blancas y cilantro, de una manera tan original y sabrosa que se te quitarán los escalofríos y la pereza en un periquete.
Patatas a la riojana
Un guiso tradicional tan rico como económico, perfecto para los que necesitan algo contundente a mediodía para recuperar las energías y entrar en calor. El requisito imprescindible es servirlas muy, muy calientes y con una barra de pan crujiente para untar la salsa.
Buey Bourguignon
El clásico estofado francés se puede tomar sin llevar boina y mostacho y sabe a gloria bendita en esas noches de frío helador en las que lo único que te apetece es comer algo que sea increíblemente delicioso y dormitar mientras ves una película en blanco y negro. En el blog Serious Seats lo acompañan de pasta, por si no era suficientemente lujurioso.
Sopa de pollo al curry
Parece solo una sopa pero se trata de pura deliciosidad que entra como un torrente de calorcito necesario en nuestro cuerpo y nos deja más que satisfechos.
Albóndigas en salsa tradicional
Ese vacío que deja el olor a albóndigas en la oficina, sabiendo que el tupper pertenece a otro es como un pozo sin fondo, sí, ese que no se podía llenar. Pero hacer albóndigas caseras, como las que tomábamos en casa, está chupado con esta receta y tan, tan agradecido.
Guiso de pollo de corral a la sidra con manzana y arándanos
No es ninguna maniobra publicitaria (¡que no, hombre!), pero las cosas están mucho más buenas cuando llevan el sufijo "tradicional". Como esta receta de siempre que aúna pollo dorado con el sabor dulce de la manzana y la sidra y el toque único que aportan los arándanos. Como dicen en Directo al Paladar, para apagar el móvil y sustituirlo por una buena hogaza de pan.
Fotos| Unsplash.com, Directo al Paladar, Serious Seats, Hello Fresh, Taste.com
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