El arma secreta (casi mágica) para deshacerse del aceite sucio de freír de forma fácil, cómoda y sin goteos

Si una fritura se hace bien, no tiene por qué ser 100% incompatible con una dieta saludable. Hay que usar un aceite de calidad, controlando bien la temperatura de cada variedad. Además, nunca hay que echar los alimentos en aceite ni frío ni demasiado caliente sino que este debe mantenerse constante. Tampoco debemos freír muchas unidades al mismo tiempo, dejando espacio para que los alimentos estén bien cubiertos y puedan moverse. No obstante, para muchos, la verdadera tortura llega después de haberlo sacado con la espumadera...

Limpiar después de freír da pereza así que mucha gente prefiere evitarlo no optando por este método de cocción. No obstante, hay opciones para facilitar la tarea de volver a dejar una sartén o cazuela repleta de aceite sucio como los chorros del oro. Por suerte, hay un producto casi mágico que hace que su limpieza no sea una tortura: el solidificador de aceite y grasas.

Con forma de copos o pequeños gránulos, este producto se echa directamente en el aceite o grasa aún caliente. A medida que se va enfriando, la grasa se va solidificando hasta terminar con una textura compacta y como gelatinosa. Esto hace que sea fácil de extraer de una pieza o incluso que, simplemente, se pueda sacar volcando la sartén si esta es antiadherente.

De este modo, solo nos queda depositar esa grasa sólida en una bolsita de cierre hermético para llevarla a un punto limpio o desecharla en el contenedor de orgánico. Sin goteos de aceite y sin olores raros. Fácil, cómodo y sin residuos que puedan dañar las tuberías al fregar.

Foto de portada | Wine Dharma

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