Una buena vinagreta puede transformar una ensalada común y corriente en una delicia, solo hay que saber este truco
Quien diga que una ensalada es un plato soso y sin gracia es que no sabe hacer una buena vinagreta. Este tipo de aliño puede transformar una ensalada común y corriente en una delicia. Aunque es cierto que a veces puede ser complicado encontrarle el punto a los ingredientes para conseguir hacer la vinagreta perfecta y que no quede demasiado ácida, demasiado espesa, demasiado aceitosa...
Aunque conseguir una vinagreta de sabor inolvidable que echarle a la ensalada puede ser un proceso delicado, con unos ingredientes bien elegidos ya se tiene casi todo el trabajo hecho. Sobre todo, es obvia la importancia que tiene la elección del vinagre.
Hay una gran variedad entre los que podemos elegir. Está el clásico vinagre de vino, el sofisticado vinagre balsámico, un revitalizante vinagre de sidra o los vinagres de frutas exóticas. Cada variedad aporta un sabor único y ofrece una experiencia distinta.
No obstante, algo que pasa más desapercibido y que no todo el mundo sabes es que el aceite también juega un papel crucial en este arte. Su elección no puede hacerse al tuntún porque este ingrediente tiene la capacidad de suavizar la acidez del vinagre, sobre todo si es uno fuerte.
Es por ello que, si se busca una vinagreta de sabor neutro y equilibrado, es mejor optar por aceite de girasol o de colza. Por el contrarios, si lo que queremos es un sabor más acentuado, entonces tenemos que quedarnos con el clásico que nunca falla: el aceite de oliva virgen extra.
No obstante, en el caso de querer aportarle un toque de originalidad a la vinagreta, no hay que descartar la posibilidad de emplear algún aceite aromatizado. Por ejemplo, de aguacate, cacahuete o nuez.
Sin embargo, qué podemos hacer si la formula no nos ha salido bien y necesitamos suavizar una vinagreta demasiado fuerte? Es algo que muchas veces intentamos arreglar añadiendo más aceite aceite o zumo de limón, algo que no es recomendable. y puede empeorar el problema.
La solución se encuentra en otro ingrediente muy conocido: la miel, que actúa como suavizante natural, equilibrando la acidez pero sin enmascarar los sabores. añade un poco para obtener el toque perfecto de dulzura.
Eso sí, recuerda que la vinagreta tradicional combina acidez y cremosidad siguiendo la regla del "uno por tres ": una parte de acidez (vinagre o zumo de limón) por tres partes de aceite (oliva, colza..).
Foto de portada | The Lazy Artist Gallery
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