Cena fácil, saciante y mediterránea que hasta los más perezosos pueden tener lista en unos pocos minutos

Incluso si, como yo, eres de esas personas a las que les da mucha pereza cocinar y, a veces, acaba no cenando con tal de no tener que pisar la cocina, hay recetas que podemos acostumbrarnos a preparar rápidamente. Esta frittata mediterránea es un buen ejemplo de ello. Un plato sencillo pero nutritivo y saludable que ofrece mucho juego para variar los ingredientes. El resultado es sabroso, saciante y una comida completa, sin resultar pesada, que perfecta tanto para el almuerzo como la cena. Y, ojo, que también podríamos usarla como relleno de un delicioso bocadillo.

Estamos ante una receta que se puede preparar en el horno o cocinar directamente sobre el fuego. Aunque, si no vamos a hornear nada más ese día, no merece la pena encenderlo. Usando una sartén de hierro fundido estilo skillet queda de lujo, pero cualquier otra sartén de calidad sirve. Por último, dependiendo del diámetro nos saldrá una frittata más fina o más gruesa.

Empezamos lavando y secando muy bien las verduras. Picamos fino el apio, retirando los filamentos, y reservamos las hojas que tenga (si tiene) para el aderezo final. Después, cortamos los champiñones en tiras o en láminas y el calabacín en cubitos pequeños. Picamos los tomates secos que recordemos que deberán estar rehidratados. Es decir, si los hemos comprado completamente secos, hay que dejarlos a remojo en agua o aceite al menos una hora.

Batimos los huevos ligeramente en un cuenco con una pizca de sal, pimienta negra y la leche. En este punto podemos añadir opcionalmente una o dos claras, pero no es necesario. A continuación, reservamos.

Calentamos un poco de aceite en la sartén y doramos a fuego medio el apio picado con el tomate seco. Añadimos el calabacín con una pizca de sal y dejamos que coja color, salteándolo a fuego vivo. Agregamos los champiñones, un chorrito de zumo de limón, ajo granulado, orégano y tomillo, y cocinamos unos minutos hasta que pierdan el agua. Retiramos a un plato.

Engrasamos un poco más la sartén, si fuera necesario, y echamos la mezcla de huevo para que se haga a fuego medio-bajo. Extendemos bien y dejamos que empiece a cuajar ligeramente, apenas un minuto. Repartimos entonces las verduras por encima y tapamos para que termine de cocinarse. Aunque también podemos dejar las verduras y echar el huevo encima si queremos que estas queden más visibles.

Finalmente, servimos con perejil y las hojas de apio, todo lavado y picado. Agregamos queso desmenuzado, ralladura de limón y pimienta negra recién molida. El punto de cocción del huevo se puede dejar al gusto.

Fotos | Directo al paladar

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