Clara Lago habló anoche largo y tendido, en un directo de Instagram, de cómo y cuando decidió hacerse vegana. Así la actriz contó que fue tras ver el documental Cowspiracy (Netflix) que encontró "su causa" en la vida y decidió dar un volantazo en su dieta. Y es que, según explicó la madrileña, el veganismo concentra en una sola varias luchas: la defensa de los animales, la protección del medio ambiente y la ayuda a colectivos desfavorecidas.
Hace cuatro años, a aquel documental de la plataforma de streaming le siguió otro: What the Health. La intérprete de Siete apellidos vascos ya estaba previamente preocupada por el Km 0 y la procedencia de los alimentos pero descubrir el impacto medioambiental que tiene el consumo de carne y lácteos fue lo que le hizo dar definitivamente el paso al veganismo "por conciencia, según ella misma explicó a sus seguidores:
“Era como si de repente pudiera ver al planeta Tierra como si fuera un ente vivo, como si fuera nuestra madre. Y una sensación interna rarísima como si cada día, cada vez que como carne o productos lácteos estuviera dándole una paliza a mi madre”.
Según el estudio The global impacts of food production de 2018, el 25% de la producción de gases de efecto invernadero proviene de la industria alimentaria. Es decir, una cuarta parte de las generadas por todos los sectores. Además, de ese cuarto, un 58% corresponde a la producción de productos animales, y a su vez, un 50% de las mismas a la de carne de ternera y cordero. También, el 80% de la deforestación mundial es resultado de la expansión agrícola, de la que la mayor parte se destina a alimentar a animales.
Pero Clara defiende un enfoque pragmático del veganismo en el que también vale simplemente que la gente tome conciencia y reduzca su consumo de carne. Algo que va en la línea del movimiento Lunes sin carne o el comer alimentos de origen animal solamente en la cena de Jonathan Safran Foer.
El autor estadounidense, al que entrevistamos con motivo de la publicación de su ensayo, defendió en Podemos salvar el mundo antes de cenar (Seix Barral, 2019), respaldado por expertos y estudios, cómo "cambiar nuestros hábitos alimenticios no será suficiente, por sí solo, para salvar el planeta, pero no podremos salvar el planeta sin cambiar nuestros hábitos alimenticios".
Clara Lago dio la clave para empezar en un proceso de cambio de dieta que de primeras resulta abrumador: ir probándolo poco a poco y empezar, por ejemplo, pasando sin carne 3 días a la semana. De hecho, estos días tiene lugar la Semana sin carne, un reto que convoca desde hace cuatro años ProVeg España para iniciarse en comunidad en el veganismo.
El único esfuerzo que le ha supuesto a la madrileña su cambio de alimentación es la planificación y antes de un rodaje tiene que acordarse de avisar a producción de que es vegana para que tengan preparado algo. Tampoco duda en plantarse en una entrega de premios con un poco de hummus y pan en el bolso por si en el cóctel solo había jamón y queso.
Desde que dejó los productos de origen animal afirma sentirse “con muchísima energía” y comprueba con analíticas anuales que no tiene ninguna carencia. Al contrario, se siente "super saludable". Además, defendió en contra de la opinión popular, que comer 100% plant-based sea caro: "Al final la materia prima que estás comprando es legumbre y verdura". Eso sí, hay que buscar recetas, advirtió durante el directo.
Fotos | @claralago1
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