En vacaciones nos gusta salir a comer o a cenar y relajarnos sin tener que mover un dedo. Si además de buscar ese "no tener que trabajar" queremos disfrutar una buena experiencia gastronómica, la elección del restaurante adecuado es fundamental. Equivocarse puede traer consigo alguna que otra sorpresa en forma de comida decepcionante, servicio pobre y otros disgustos innecesarios de los que podemos prescindir alegremente.
Seguro que sabéis de lo que hablamos ¿verdad? Es muy posible que os haya pasado en alguna ocasión. Es fácil que esto ocurra, especialmente en destinos que desconocemos o visitamos por primera vez. El riesgo existe, pero se pueden minimizar las sorpresas y disfrutar de las oportunidades gastronómicas de nuestro lugar de vacaciones si tenemos en cuenta una serie de factores y nos documentamos un pelín sobre la zona y sus posibilidades antes de desplazarnos.
¿Qué hay que tener en cuenta para asegurarnos la elección adecuada de restaurante?
1. La ubicación del local define el ticket medio
El precio de un local está definido -no sólo, pero si principalmente- por su ubicación. Un restaurante en el paseo marítimo, el puerto deportivo o la plaza principal del destino escogido para el veraneo seguramente tenga unos precios más elevados que otros en calles colindantes. El precio del alquiler del local es más elevado y esto se nota en el ticket final.
Estar en una buena ubicación se paga, algo que puede merecer la pena si la comida y el servicio son buenos. No obstante partimos de la base de que no conocemos el lugar, así que mejor preguntar a los lugareños y comprobar opiniones de otros clientes (ojo si se hace on line, que pueden tener trampa y estar teledirigidas) antes de entrar y tomar asiento. Observar si está demandado y siempre lleno puede ser también un factor a tener en cuenta.
2. La comida por los ojos entra, pero la imagen no lo es todo
Los restaurantes en destinos vacacionales y lugares turísticos saben que la imagen es fundamental a la hora de ganar clientes y la trabajan con mimo. Para no llevarnos sorpresas con la comida a la hora de la verdad, casi mejor que nos pasemos antes por el restaurante y comprobemos la realidad mientras tomamos una cervecita apoyados en la barra o descansando en la terraza. Ver desde la distancia los platos que se sirven a los comensales, e incluso sus reacciones, pueden ayudar a esquivar alguna que otra decepción.
3. Apostar por la cocina especializada suele ser un acierto
Los turistas, sobre todo si van en grupo, tropel, comanda o familia, son proclives a buscar establecimientos que cubran los gustos de todos y que sirvan de todo un poco. Esto, lejos de ser una ventaja, suele ser un error ya que este tipo de cocina difícilmente mantiene la calidad en la totalidad de la carta. Como dice el refrán, quien mucho abarca, poco aprieta, así que mejor huir de las cartas interminables y apostar por la especialización.
4. Considerar que la cocina local es una experiencia vacacional
Las vacaciones son una oportunidad de oro para aventurarnos un poco, entrar en contacto con la cultura gastronómica autóctona y salir de la rutina alimentaria del resto del año. La cocina local es la fortaleza de la mayoría de establecimientos en zonas turísticas que, en esta época del año, tienden a contratar a personal local de apoyo. La elaboración de platos tradicionales se refuerza con producto fresco de proximidad, algo muy a tener en cuenta.
5. La mejor vista no garantiza la mejor comida
Veraneamos en la costa y nos queremos despedir de ella con una paella en el chiringuito de moda a pie de playa. Viajamos a la montaña y no nos podemos resistir a subir a la idílica cabaña que hay en lo más alto de la montaña para celebrar el fin de las vacaciones con una cena con espectaculares vistas al valle. Nada malo en esto, lo hemos hecho antes y lo volveremos a hacer, pero es importante ajustar las expectativas a la realidad.
En esta época del año, este tipo de establecimiento tira de personal temporal y eventual para cubrir la carga de trabajo con la que se enfrenta, por lo que habrá un reflejo en el servicio. Así que no seamos demasiado exigentes, dejémonos llevar por el espíritu vacacional y relajémonos. Porque, al fin y al cabo, las vacaciones están para disfrutar y no nos queremos despedir de ellas con mal sabor de boca
Imágenes | Edsel Little y Daniel Sancho en Flickr y mikeluzkudun
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