Esta receta de crema de zanahoria se convertirá en tu salvadora para todas nuestras cenas rápidas y sanas sin mucho tiempo que perder

La primavera ha llegado y con ella el horario de verano. Los días se hacen más largos, el sol brilla con más intensidad y el buenrollismo recorre nuestras venas. El mundo gastronómico también se adapta a esta estación del año tan esperada, mostrando recetas frescas, rápidas y muy sanas. Hoy os mostramos la mejor manera de hacer una crema de zanahoria y que se convierta en tu cena favorita de primavera.

Aunque hace unos meses os mostramos la manera de replicar la versión de Karlos Arguiñano que se servía fría, esta nueva receta nos recuerda aquello de que en la sencillez encontramos la clave del éxito. Fácil de hacer, rápida y muy sana, esta receta te salvará en más de una ocasión.

Ingredientes

Para 4 personas
  • Cebolla grande 1
  • Zanahoria mediana 7
  • Caldo de verduras o de zanahoria 1 l
  • Nata líquida para cocinar 150 ml
  • Sal
  • Pimienta blanca molida
  • Aceite de oliva virgen extra

Cómo hacer crema de zanahoria

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 30 m
  • Elaboración 8 m
  • Cocción 22 m

Para ponernos manos a la obra, empezaremos pelando la cebolla y cortándola en juliana fina. En una cacerola calentaremos un poco de aceite de oliva virgen extra y pocharemos la cebolla durante cinco minutos a fuego lento hasta que tome color. Mientras eso sucede, lavaremos las zanahorias, desecharemos sus extremos y las cortaremos en rodajas.

Acto seguido, agregaremos la zanahoria a la cacerola, removeremos y rehogaremos durante un par de minutos. Le añadimos el caldo, salpimentamos y llevamos la mezcla a ebullición. Coceremos a fuego medio durante 15 minutos o hasta que la zanahoria esté tierna. Una vez lo tengamos, trituraremos y añadiremos la nata líquida. Mezclaremos bien y servimos la crema inmediatamente.

Con qué acompañar la crema de zanahoria

Con esta crema de zanahorias tenemos un mundo de posibilidades infinito a la hora de crear un acompañante. Podemos añadirle un chorrito extra de nata líquida para un emplatado de 10, unos clásicos picatostes para crear contraste de texturas o incluso unos kikos de maíz triturados. Además, con la llegada del calor, podemos adaptar este plato a la temperatura exterior y servirla templada.

Fotos | Max Griss, Directo al paladar

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