El hummus es una de las recetas más famosas de las culturas del Mediterráneo oriental. Y no es para menos porque resulta ideal para el picoteo o para acompañar ensaladas y verduras y está delicioso. Aunque existen numerosas versiones: de lentejas; remolacha o pesto, entre muchos otros, la receta tradicional y original de garbanzos es imbatible. Hacerlo en casa es fácil y rápido, sin embargo, hasta que no le pillas el truco, puede que te preguntes por qué no te queda como el de los restaurantes. Sigue, entonces, esta receta.
Para empezar, lavamos bien los garbanzos con el objetivo de retirar el líquido de la conserva. Escurrimos e introducimos en el vaso de un robot de cocina. Añadimos el diente de ajo pelado (además, si retiramos el germen queda más suave), el sésamo, el comino, la sal, el zumo de limón y el agua.
Después, trituramos hasta obtener una masa semi homogénea antes de incorporar el aceite de oliva virgen extra y continuamos triturando unos minutos (o hasta obtener una mezcla cremosa). Podemos aportar más cremosidad al hummus de garbanzos añadiendo un poco de yogur natural, muchos restaurantes libaneses lo utilizan y queda estupendo (pero esto es completamente opcional).
La consistencia del hummus es algo muy personal, por eso recomendamos ajustar el punto de espesor añadiendo un poco más de agua y/o aceite hasta obtener el deseado. En el momento de servir, rociamos con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, semillas variadas y pimentón dulce. Aunque, otros toppings que podemos añadir al gusto son: aceitunas o perejil picado.
La manera tradicional de disfrutar de este plato es con pan pita ligeramente tostado y templado. Sin embargo, podemos untarlo en cualquier otro tipo de pan pero, si es pan artesanal, mejor que mejor. Incluso podemos acompañarlo de crudités en una variante más saludable.
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Fotos | Directo al paladar