Los rollos de papel de cocina, junto con los de aluminio y el plástico film, se han convertido en la santísima trinidad de una casa bien equipada. En especial, el primero es un material tan versátil, absorbente, resistente y cómodo que recurrimos a él para solucionar, prácticamente, cualquier problema. Sin embargo, el verdadero problema es que nos hemos olvidamos de que es un material orgánico desechable difícil de reciclar. Porque no, los papeles sucios no se tiran al contenedor del papel. Por lo tanto, abusar de él no es sostenible ni para el planeta ni para nuestro bolsillo.
Desde secar verduras, frutas y hierbas lavadas hasta para engrasar una sartén o fuente, pasando por absorber el exceso de aceite de las frituras o retirar la humedad de carnes y pescados. Incluso para forrar el fondo de tápers para protegerlos le hemos encontrado uso al papel de cocina.
Sin embargo, no lo hemos limitado a aquellas tareas puramente culinarias sino que también lo hemos incorporado a una infinidad de tareas comunes de limpieza... ¡Incluso nos secamos las manos con papel de cocina o lo usamos de servilleta! La situación es tal que hasta The Washington Post ha tomado cartas en el asunto.
De este modo, el periodista gastronómico Tim Carman recomienda retirar la tentación de la vista o lo que es lo mismo: quitar el portarrollos y guardar el papel en un cajón o armario. Es de lógica, si no lo tenemos tan a mano, no lo usaremos tanto.
El siguiente paso es poner en su lugar una alternativa más sostenible que no es otra cosa que unos paños de tela de toda la vida. Lo mejor es adquirir un conjunto compuesto por un trapo de microfibra lavable y otro de tela resistente que no suelte hilo, absorbente y secante.
Después solo queda clasificarlo por colores y asignarles usos determinados según los vayamos a usar con productos de limpieza o no. También, recuerda enjuagarlos, escurrirlos y extenderlos bien después de cada uso para que se sequen y no acumulen humedad. Además, hay que mantener una constante rotación de estos paños, lavándolos con frecuencia en la lavadora y sin suavizante.
Otro punto importante es destinar un paño específico para el secado de manos y no usarlo nunca para limpiarte después de haber manipulado alimentos como huevo o pollo crudo. Entonces, ¿significa todos esto que deberíamos desterrar para siempre los rollos de papel de nuestras vidas?
No. El papel de cocina sigue siendo el más recomendable para evitar todo lo posible los problemas de seguridad alimentaria y de higiene. Especialmente, los relativos a la contaminación cruzada. Es por ello que los reutilizables están prohibidos en hostelería y en la industria alimentaria. De este modo, puedes seguir confiando en el papel para todo lo relacionado con las tareas culinarias.
Foto de portada | Brandon Cormier
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