Un truco rápido y fácil que, además, conserva los nutrientes y el sabor de las patatas
La patata es uno de los ingredientes más preciados de la gastronomía de cualquier país. Es un básico muy versátil y socorrido que está presente en infinidad de recetas de todos los tipos. No obstante, aunque cocerlas pueda parecer una tarea la mar de sencilla, la técnica que utilicemos puede influir y mucho en el resultado final. Aunque la forma de cocer las patatas va a depender en gran parte de la receta que queramos hacer, ya que no es lo mismo cocerlas para un puré de patatas que para emplearlas como guarnición o para algún tipo de farsa o relleno, también hay que tener en cuenta el tiempo del que disponemos.
Hervidas
Uno de los métodos más clásicos y simples es hervir las patatas en agua. Para ello, basta con colocar las patatas en una olla grande, cubrirlas con agua fría y añadir una pizca de sal. Dependiendo del tamaño y tipo de la patata, el tiempo de cocción variará entre 20 y 30 minutos.
Hay que tener en cuenta que las patatas pequeñas y nuevas suelen cocerse más rápido, mientras que las patatas grandes y con mayor contenido de almidón (como las russet) pueden tardar más. Una vez cocidas, todas se deben escurrir y dejar enfriar unpoco antes de pelarlas y utilizarlas en la receta deseada.
Cocidas al vapor
Otra técnica popular es cocer las patatas al vapor, un método ideal para conservar sus nutrientes y sabor natural. Para cocerlas vapor, se colocan las patatas en una vaporera sobre agua hirviendo y se cocinan durante unos 20-25 minutos, dependiendo del tamaño.
Al igual que sucede al hervir, las patatas pequeñas están listas más rápido. Este método es particularmente efectivo para las patatas cerosas, como las patatas rojas y las patatas Yukon Gold, que mantienen bien su forma y textura al vapor.
Asadas
Meterlas al horno también es una excelente opción para cocer patatas, especialmente cuando se busca un sabor más intenso y una textura más rica. Para ello, las patatas se envuelven en papel de aluminio y se hornean a 200 grados durante aproximadamente 45-60 minutos, dependiendo de su tamaño. La piel queda crujiente y la pulpa suave y esponjosa, perfectas para acompañar una gran variedad de platos.
Al microondas
Sin embargo, cuando queremos ahorrar tiempo, también hay un electrodoméstico que permite cocer patatas en tan solo tres minutos: el microondas. Es un método increíblemente rápido y fácil, ideal para quienes necesitan una solución exprés sin comprometer la calidad del resultado.
Para ello se deben elegir patatas que sean de pequeñas a medianas, y de preferencia de tipo ceroso como las Yukon Gold o las patatas rojas, debido a que estas tienden a mantener mejor su textura. Por el mismo motivo, se recomienda que sean patatas con más cantidad de almidón.
No es necesario pelar las patatas antes de cocinarlas en el microondas aunque sí es recomendable lavarlas bien y pincharlas varias veces con un tenedor para que el vapor pueda salir y evitar que exploten. Por lo demás, coloca las patatas en un plato apto para microondas y cúbrelas con una tapa o un envoltorio de plástico perforado para retener la humedad.
Cocínalas a máxima potencia durante tres minutos. Pasado este tiempo, comprueba el resultado pinchando un tenedor o un cuchillo en el centro de una patata: si entra fácilmente, están listas. Por el contrario, si aún están un poco duras, puedes seguir cocinándolas en intervalos de un minuto hasta alcanzar la textura deseada. Este no solo es el método más rápido, también conserva el sabor y los nutrientes de las patatas.
Foto de portada | Jaye Haych
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