Hacer cordero asado no es tan sencillo como a veces parece. Y eso que es una preparación típica navideña que se hace en todas las casa. Así que, como no podía ser menos, el mítico chef Karlos Arguiñano, uno de los referentes de la cocina doméstica de nuestro país, tiene su pequeño truquillo para conseguir hacer el mejor cordero asado y que quede perfecto. Tan fácil y eficiente como aquel con el que consigue que las croquetas quedan mucho más sabrosas, su receta para hacer el caldo perfecto con ingredientes de descarte o el método 6-3-1 para hacer la tortilla de patatas.
Es curioso cómo, incluso en las recetas que apenas tienen cuatro ingredientes (cordero, sal, manteca de cerdo y un poco de agua), aún hay pequeños márgenes y trucos para que el plato quede mejor todavía.
Este el caso del cordero asado, cuyo truco también puede aplicarse a un cochinillo asado, un lechón, un tostón o a prácticamente a cualquier tipo de asado festivo que tengamos pensado hacer.
El objetivo es conseguir que quede jugoso por dentro, pero sin que quede seco y que, a la vez, esté crujiente por fuera y tenga ese churruscadito que tanto nos gusta en los asados. No es complicado pero el truco no va a estar solo en utilizar una buena carne o en medir bien la temperatura del horno, sino en cómo presentamos la carne.
El truco del chef vasco es tan sencillo como atemperar la carne. Recomienda que el cordero asado, más o menos, se saque de la nevera alrededor de media hora o 45 minutos antes para que vaya templándose. De este modo, no generaremos un contraste tan fuerte al meterlo en el horno y la carne no se contraerá ni el horno perderá temperatura.
Bandeja de horno rectangular Masterchef
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