Manchas menos, no te complicas y encima las castañas salen deliciosas con este método de asado
Es época de castañas asadas y, aunque hacerlas a la antigua usanza sobre brasas de carbón o con una lumbre de leña es complicado en tiempos modernos, pueden quedarnos muy ricas también valiéndonos de la tecnología del siglo XXI. En ese sentido, el horno será nuestro mejor aliado. No obstante, no venimos a hablarte de la técnica básica para cocinar castañas al horno, sino de un método alternativo que consistente en hacerlas con papel de aluminio.
Hacer las castaña siguiendo este método tiene la ventaja de que evitamos que se nos quemen antes de tiempo por fuera. Además, también nos ahorramos manchar una bandeja o una fuente. Antes de empezar, como siempre, tenemos que darle un lavado a las castañas para retirar restos de polvo y suciedad y, de paso, comprobar que no hay ningún ejemplar en mal estado.
A continuación, toca hacer un corte en cada castaña. Este puede ser en cruz o con un simple tajo pero siempre procurando atravesar también la piel interior y sin que llegue a penetrar mucho en la carne del fruto. Una vez cortadas, lo recomendable es dejarlas a remojo en agua fría o templada entre 15 y 30 minutos para que se hidraten un poco.
Mientras tanto, vamos precalentando el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Transcurrido el tiempo, y sin necesidad de secarlas del todo, escurrimos las castañas y las dividimos en grupos de 20-30 unidades. A continuación, envolvemos cada uno en paquetes de papel de aluminio, como si hiciéramos un papillote.
Las castañas tienen que quedar dispuestas en una sola capa y bien selladas, pero dejando espacio para que se infle el interior. Cuando tengamos nuestros sobres preparados, solo queda introducirlos en el horno sobre una rejilla a media altura. Tardarán unos 30 minutos en asarse, según el tamaño.
Lo normal, cuando estén listas, es que se se hayan inflado un poco los paquetes. Podemos abrir uno con cuidado y comprobar si las castañas están al punto que queremos atravesándolas con un palillo o tenedor. Después, tenemos que dejarlas enfriar tapadas unos 10 minutos fuera del horno pero dentro del mismo paquete de aluminio o usando un paño viejo.
Al hacerlas al vapor en el horno quedarán jugosas y tiernas, pero si queremos un toque tostado extra podemos pasarlas por la sartén a fuego medio-alto. No obstante, hay que procurar pelarlas en caliente, manteniendo el resto tapado, para que tanto la cáscara como la piel interna salgan más fácilmente.
Lo mejor es que, si no las vamos a consumir en el momento, podemos guardarlas en un recipiente hermético en la nevera durante un par de días e incluso añadirlas a otros platos. Las podemos incluso congelar.
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