Combinando la suavidad de la pasta con el sabor fresco de las espinacas, este plato tan delicioso como nutritivo es una opción perfecta para resolver una comida de forma rápida. Se hace con pocos ingredientes y está listo en menos de 30 minutos.
Lo primero es hervir nuestra pasta, que reservaremos cuando esté lista. Después, cogemos una sartén grande y la ponemos a fuego medio con unas cucharadas de aceite de oliva.
Echamos a la sartén el ajo picado y la cebolla blanca cortada en rodajas o cuartos y cocinamos hasta dorar. Agregamos entonces las hojas de espinaca limpias y condimentamos con pimienta. Incorporamos más aceite de oliva al gusto e incorporamos la pasta a la sartén y removemos.
Retiramos la sartén del fuego y añadimos las cucharadas de queso blanco y la levadura nutricional. Probamos y rectificamos con un extra de pimienta antes de integrar todos los ingredientes. El toque final es servir con perejil picado y almendras picadas por encima.
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