Esta es una receta tradicional alemana de esas que se han pasado de generación en generación a lo largo de un siglo. Y es que se trata de un dulce laborioso pero fácil de hacer para el que se necesitan muy pocos ingredientes. De hecho, probablemente, ya los tengas todos en casa. Es perfecto para cuando apetece un bocado dulce pero no queremos bajar al supermercado. Ya sea porque este esté cerrado, nos de pereza o que estemos a final de mes.
Ingredientes
- Huevos 2
- Harina de trigo 500 g
- levadura seca 7 g
- Azúcar 60 g
- Sal (una cucharadita)
- Mantequilla (derretida) 30 g
- yema de huevo 1
- Almidón de máiz (2 cucharadas)
Cómo hacer trenzas dulces
- Tiempo total 1 h 25 m
- Elaboración 1 h
- Cocción 25 m
Empezamos batiendo, manualmente, dos huevos en un bol con sal y azúcar y mezclándolo todo bien. Después, agregamos 30 gramos de mantequilla derretida, 250 ml de leche tibia, 7 g de levadura seca y seguimos mezclando con una batidora manual.
En el siguiente paso, añadimos 500 g de harina tamizada. La incorporamos primero con una espátula y luego con las manos. Agregamos, después, dos cucharadas de almidón y seguimos trabajando la masa con las manos.
Enharinamos, ahora, una tabla de repostería y comenzamos a amasar formando una bola que meteremos en un recipiente previamente untado con aceite. Dejaremos ahí la masa tapada con film transparente y un paño durante una hora y media, aproximadamente. El lugar ha de ser templado.
Pasado el tiempo, podremos observar que la masa ya ha subido. A continuación, la dividiremos en seis bolas que dejaremos reposar de nuevo durante unos 15 minutos. Después, con un rodillo formaremos seis pequeños discos que, con una rueda de repostería, dividiremos en pequeñas tiras destinadas a superponer unas encima de otras.
Una vez hecho esto, las dividimos justo por la mitad formando dos hilos que luego enrollaremos en forma de trenza. Una vez listo, ponemos la trenza en una fuente forrada con papel de horno y las dejamos reposar en un lugar cálido durante 30 minutos y tapadas con un paño.
Pasado el tiempo, las pintamos con yema de huevo y espolvoreamos con un poco de azúcar por encima. Están listas para hornear a 180 grados durante 20-25 minutos. Ya solo queda servir.
Foto de portada | Svetlana B
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