Este postre es tan sencillo de hacer como espectacular es su sabor: solo hay que mezclar los ingredientes y disfrutar. De hecho, no se pasa ni calor haciéndolo porque se trata de un semifrío. Un postre que tiene su origen en Italia, donde es una opción popular para terminar las cenas en las noches de verano.
Se trata de una receta en la que el protagonismo se lo lleva la nata montada, que debe estar bien fría para que suba. Con eso lograremos una textura suave y aireada. A esta base, le añadiremos esencia de vainilla y leche condensada, dándole aroma y un toque de dulzor equilibrado.
No obstante, lo que realmente diferencia este postre de otros es el toque final de las galletas lotus machacadas, que se mezclan con el resto de los ingredientes aportando un sabor peculiar y una textura crujiente. Después, el conjunto se deja enfriar en el congelador hasta que toma una consistencia cremosa, pero no del todo helada.
El encanto de esta receta es que, si bien es exquisita tal cual así, también permite jugar con los ingredientes. De este modo, por ejemplo, podrías sustituir las galletas lotus por galletas de avena o galletas de jengibre y darle un twist al sabor. O, si eres un fanático del chocolate, podrías añadir cacao en polvo a la mezcla e incluso trozos de chocolate a la nata. Para hacer aún más delicioso este semifrío, lo ideal es acompañarlo de un buen café espreso o un licor dulce.
Foto de portada | Directo al paladar
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