Para algunos, la nieve supone poner cadenas en el coche y no salir a la calle porque hace mucho frío. Sin embargo, para otros la nieve es casi una adicción y están como locos por empezar a esquiar, practicar snowboard, telemark o mushing entre otros.
Los deportes de invierno, que como su propio nombre indica, son estacionales y ofrecen una gran abanico de beneficios. Por ejemplo, sabías que al desplazarte a la montaña, y estar a mayor altura el oxígeno es menor. De esta forma se hace un mayor esfuerzo vascular y respiratorio, que mejora nuestra frecuencia cardíaca.
La propiocepción y los deportes de invierno
Los deportes de nieve nos permiten trabajar los músculos abdominales y las piernas en profundidad. También nos ayuda a trabajar la coordinación, el equilibrio y la propiocepción.
La propiocepción es el sentido que informa a nuestro cuerpo de la posición de los músculos y regula la dirección, rango de movimiento.
Con los deportes de invierno, quemamos grasas y tonificamos nuestro cuerpo. Ante el frío extremo al que nos sometemos, nuestro mecanismo de termorregulación hace que no descienda nuestra temperatura, lo que se traduce en un gasto extra de calorías.
No olvidemos que además en este tipo de deportes, la adrenalina se libera a grandes dosis y no sentimos más relajados y tranquilos. Además, son deportes de superación y constancia, en los que nos ponemos a prueba y así aumentamos nuestra autoestima.
Por último, los deportes de invierno gracias al sol y su reflejo en la nieve ponen igual de moreno que si estuviéramos en la playita. Así que los más coquetos, podréis presumir de buen tono de piel incluso en el gélido invierno. Eso sí, la piel protegida ante todo.
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