Año tras año al entrar el verano intentamos broncearnos el mayor tiempo posible, para lucirlo y mantenerlo todo lo que podamos, a veces lo conseguimos y otras es mejor haberse quedado en la sombra.
Compramos muchos productos, hasta recurrimos a autobronceadores que según los dermatólogos es lo más sano en estos momentos. Aunque lo más sano es no pasarse con nada, ya que exponernos demasiado al sol y sin las medidas pertinentes puede dejar a uno sucio, feo y poco saludable, eso y la pregunta que ronda siempre por tu círculo: ¿qué te ha pasado por Dios?
Lucir uno uniforme es un reto, todos pensamos en el color canela, piel aceitada y pareja, pero a veces le hacemos competencia a los extranjeros que nos visitan y que podemos reconocer por lo caluroso y rozagante de sus colores.
Para que esto no pueda ocurrirnos, debemos ser cuidadosos y preparar nuestra piel, así como tener en cuenta que todos poseemos una diferente y según la genética de la misma, determinar el tiempo de exposición y la protección necesaria.
Alimentos para obtener un bronceado 10
El bronceado se produce en la capa más superficial de la piel llamada epidermis, continente de la melanina, el cual es un pigmento de proteína, cuyo objetivo es proteger al cuerpo de la sobreexposición solar.
El betacaroteno es una sustancia que ayuda a producir los pigmentos que la protegen, produciendo vitamina A, que favorece la síntesis de la melanina y el impacto de los radicales libres, evitando el envejecimiento prematuro. ¿Por qué es importante?, porque la piel tiene memoria y los daños producidos por el sol son los más difíciles de tratar.
Un aliado muy importante es la zanahoria. Lo mejor es consumirla cruda, o en zumo con naranja. Otra fruta ideal es el mango, cada día más presente en nuestros supermercados. La calabaza, es otra de las que más debe consumirse en verano ya que ayuda a mantener el color.
La dieta mediterránea con sus ensaladas ligeras son de gran ayuda: tomate, lechuga, y brócoli, así como los albaricoques, el melón, la sandia y el kiwi. La piel estará más receptiva, nutrida y producirá un tono más homogéneo y bonito. Un complemento vitamínico tampoco es mala idea para lograrlo.
Cuidados para mantener el bronceado
Antes de iniciar el proceso debemos exfoliar la piel, así quitamos células muertas que puedan entorpecer el color y mancharla. Las teces claras deben broncearse muy poco a poco descansando en intervalos de 15 minutos, con protección solar de 20 (UVA/UVB) como mínimo y con resistencia al agua, porque al nadar (y aunque no lo notes) pueden producirse quemaduras importantes. Es conveniente hidratarla más frecuentemente, evitando así la resequedad.
Las pieles morenas o oscuras, tienen más resistencia, y tienden a tomar color con más facilidad, pero si se hace incorrectamente, podemos obtener un color nada atractivo. Se debe usar protección aunque sea baja, con tiempos de descanso de máximo 30 minutos, protegiendo la piel de la cara con un factor más alto.
En cámaras bronceadoras no hay que pasarse para evitar el antinatural efecto mapache. Tampoco olvidemos nuestrol cabello, existen productos para su cuidado, lo humectan y protegen del calor (los que tienen atomizador se usan muy fácilmente).
Tras el sol no deben usarse jabones en el primer baño, lo principal es hidratar mucho la piel y beber mucha agua. Si notamos que nos hemos pasado, no usemos formulas caseras, que aunque calman, pueden formar ampollas al más mínimo descuido. Lo recomendable es ir a una farmacia y consultar lo más apropiado para su tratamiento.
Recordad: No hay que abusar, querer lograrlo en un día es un error, podemos dañar la piel permanentemente. Usa autobronceador sólo si conoces bien el proceso, porque este puede dejarte la piel amarilla y manchada. Siguiendo estos consejos, seguramente tendremos un bronceado uniforme y sexy.
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