En el mundo de la camisería existen tantos gremios como camisas, pero si hay uno del que he participado hace poco, es del de los detractores/defensores de los cuellos con botones en las camisas. Efectivamente cada cuello tiene su razón de ser y su ocasión de lucirse pero, los hay, que sencillamente evitan tener que usar uno u otro: manías.
Lo que creo que no estaría de más es saber el origen de los mismos y sobre todo, cuando conviene usar más un tipo que otro. Eso sí, para gustos los colores y al final acabaremos haciendo lo que nos salga de la punta de las orejas, como tiene que ser.
Un pasado no tan pasado
Para conoces el origen de las camisas con botones al cuello tampoco tenemos que remontarnos muchos. Tan solo con programar nuestra máquina del tiempo hasta principios del siglo XIX, cuando en 1818 Henry Sands Brooks inauguraba H. & D. H. Brooks & Co. Conn eso será suficiente.
Igual la empresa no os suena en absoluto pero resulta, que hacia 1850, los cuatro hijos de Henry (Daniel, Elisha, Edward y John) heredaron la empresa familiar y decidieron cambiar su nombre Brooks Brothers, firma que estoy seguro es bastante más conocida ¿verdad?
El caso es que dicha empresa empezó a ganarse una buena fama dentro del mundo de la sastrería masculina y, lo que en un primer momento era una empresa familiar se acabó convirtiendo en un negoció que llegaba a vestir a los presidentes de los EEUU.
En 1896, John E. Brooks, nieto del fundador de la marca, viajó a Inglaterra. Para lo que no hayan vivido esos años, que seremos los que más, en Londres se estaba gestando toda una revolución en el mundo de la moda (de ahí salieron nuestros René Lacoste, Fred Perry, Paul Smith, Burberry...). Y claro, si aquí en España los contratos se cerraban de sangrías, allí lo suyo era ir a un partido de polo. Y ahí comenzó todo.
Un partido de polo que lo cambió todo
Si hay algo que le llamó especialmente la atención fue que las camisas de los uniformes de los jinetes incorporaban un botón para mantener las palas de los cuellos pegadas al pecho. De esta forma, al cabalgar durante el juego, los cuellos no ondeaban al viento y se evitaba cualquier posible distracción de los jugadores.
Y le pareció tan buena idea que a su vuelta a América decidió incorporar dicha idea a sus camisas, tanto por ser una manera de informalizar las mismas como por comodidad. Y decidió comercializarlas bajo el nombre de camisas con cuello button-down o soft-roll (por el arco que las palas generaban al abotonar sus extremos). Podréis imaginar que el éxito que cosecho no se lo llegaron a esperar ni ellos.
¿Y son aptas para llevar con traje?
Pues aquí es donde radica precisamente lo gracioso de la historia, que mientras que la sastrería europea considera un error garrafal el hecho de llevar camisas con botones al cuello y corbata cuando nos ponemos un traje, en los EEUU es algo más que habitual y en ningún momento se considera de mal gusto.
¿Es que en los EEUU visten peor y menos clásicos que en Europa? No, sencillamente es una cuestión cultural. Mientras que en los Estados Unidos, en los años 30, las camisas que la firma Brooks Brothers con botones al cuello se usaron con el mismo propósito que las que no lo tenían, en Europa se consideraba una prenda sport que se asociaba únicamente a eventos deportivos. De ahí que ellos lleven más tiempo acostumbrados a usarlas para el día a día y nosotros sin embargo estemos ahora empezando a dar el paso. Así de sencillo.
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