Conoce los tres tipos de azúcar que consumes y aprende a distribuirlos para una dieta sana

Nadie puede resistirse a un delicioso postre, a endulzar su café por las mañanas o a tomar una de las donas que nos ofrecen en la oficina; y es que como antojos espontáneos, no hay nada de malo en, de vez en cuando, darse un dulce gusto con un snack por demás apetitoso, sin embargo la ingesta de azúcar en exceso puede traer graves consecuencias a la salud, por lo que es muy recomendable tener en cuenta nuestro consumo de alimentos con glucosa que, inconscientemente o con conocimiento de ello, ingerimos en nuestros alimentos de cada día.

El azúcar como principal fuente de energía de nuestro organismo es un nutriente que no podemos dejar fuera, aunque claro: podemos dosificarlo en dosis acordes a nuestras actividades diarias, pero no en exceso, ya que ésta funciona como el combustible para que órganos importantes de nuestro cuerpo como el cerebro puedan seguir ejerciendo sus funciones con normalidad.

Los tres tipos de azúcares que encuentras en tu dieta

Divididas en tres categorías principales, el azúcar que consumes diariamente en los alimentos pueden ser:

  • Monosacáridos: Éste tipo de azúcar es el más común, ya que podemos encontrarlo de forma natural en alimentos como las frutas. Divididas también en tres categorías, la glucosa, la fructosa y la galactosa, funcionan como combustible para la generación de energía de las células y como intermediarias en el metabolismo de nuestro sistema digestivo, así como un vehículo directo de absorción directa al torrente sanguíneo durante la digestión.
  • Disacáridos: El segundo tipo de azúcar es la unión de dos monosacáridos y se encuentra por lo general en todos los productos de origen lácteo o que utilicen la leche para su preparación, las ventajas del consumo responsable de este tipo de nutriente es el aumento en la biodisponibilidad de calcio y de otros elementos minerales, aportando galactosa que resulta benéfica para el desarrollo del sistema nervioso.
  • Polisacáridos: Como una fuente importante de energía, los oligosacáridos y polisacáridos se encuentran principalmente en los cereales, por lo que son los que debemos consumir con más cuidado, ya que por su estructura almacenan energía que, de no ser gastada por nuestro organismo y metabolismo, puede convertirse en grasa que da paso al sobrepeso.
El consumo de azúcares no es malo, siempre y cuando se balancee con otros nutrientes y actividad física

El consumo de azúcar puede darse de dos formas: a través de los azúcares totales, que son los mono y disacáridos que contienen los alimentos naturalmente, y los azúcares añadidos, que son aquellos como los jarabes y endulzantes que sumamos a la preparación de algún alimento o bebida, tales como el café, el té y los postres.

En exceso, el azúcar impide la sensación de saciedad al ingerir alimentos y genera adicción, por lo que se forma un círculo vicioso en el que se pueden desencadenar enfermedades como obesidad, diabetes e hipertensión; por ello, la Organización Mundial de la Salud recomienda que el consumo de azúcares totales sea el equivalente al 10% de las calorías que ingerimos cada día y sólo 25 gramos de azúcares añadidos.

Como habrás notado, el consumo en exceso de azúcar puede ser perjudicial para la salud, sin embargo privarse de ella por completo no es una opción cuando tienes un ritmo de vida saludable y tu ingesta de calorías no supera las de tu actividad física.

Imágenes | Unsplash 1, 2

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