Hay persona que, aún después de los veinte años siguen cargando con las huellas de la pubertad: el acné. Si bien es una etapa en la adolescencia que actualmente podemos manejar mejor que antes, lo cierto es que aún en la edad adulta pueden seguir apareciendo brotes de acné gracias a malos hábitos en nuestra rutina diaria que podemos erradicar para así lucir una mejor cara ante el mundo y dejar atrás (de una vez por todas) la adolescencia.
¡No lo exprimas!
Este es uno de los peores hábitos cuando aparece el acné y que muchos hombres y mujeres practican por su impaciencia al no ver resultados con los productos que utilizan.
Además de lastimar la dermis al querer exprimir una imperfección, es la suciedad de superficies como teclados de computadoras, mesas, sillas las que hacen que nuestras manos sean un cúmulo de bacterias que estamos llevando hacia nuestra piel. al momento de exprimir una espinilla o un grano, en lugar de empujar hacia arriba, llevamos la suciedad hacia el interior, haciendo que el acné vuelva a crecer.
El exprimir de forma inadecuada puede causar una infección, la inflamación de la piel y producir pus, generando así cicatrices o hematomas, por lo que lo mejor será asistir con un dermatologo o un salón de belleza en lugar de llevar esta práctica en casa.
Dile adiós a los alimentos picantes, fritos y grasosos
La comida procesada que se prepara frita, a la plancha, que es picante o grasosa no resulta nada buena para el hígado, ¿y qué tiene que ver el hígado con el acné?, pues bien: éste órgano del cuerpo funciona como un filtro que elimina las toxinas, y al no funcionar bien, prácticamente no desecha lo que comemos, haciendo que la grasa se acumule generando la aparición de acné.
Otro tipo de alimentos como los pescados y mariscos como almejas, ostras, camarones y la comida con mucha sal ayuda también a la aparición de las molestas imperfecciones, sin embargo beber mucha agua, comer más frutas y verduras con propiedades diuréticas te ayudarán a que la piel se vuelva más suave y se regenere tras las cicatrices que se hayan generado.
Desconfía de las mascarillas faciales
Si, aunque haya un mar de productos milagrosos y comprobados para tratar el acné y demás afectaciones de la piel, las mascarillas faciales y tratamientos con ingredientes naturales también tienen sus puntos en contra: cuando escuchamos sobre compuestos como el pepino, la yema de huevo y demás ingredientes naturales olvidamos que se trata de sustancias con efecto hidratante, pero sin capacidad para matar bacterias, éstas facilitarán un mayor desarrollo de acné en lugar de combatirlo.
Para estos casos, lo mejor es consultar la opinión de un dermatologo que te recomendará el mejor tratamiento o producto para tu piel.
Duerme... duerme mucho
Muchos de nosotros nos enfrascamos en la rutina de dormir hasta tarde por motivos de trabajo, de la escuela o simplemente por diversión, lo cierto es que este hábito de recortar las horas de sueño se traduce en la aparición de acné, sobre todo en la frente; esto debido a la acumulación de estrés, ya que las glándulas suprarrenales secretan más cortisol que el volumen normal, volviendo a la piel más grasosa.
Para limitar las consecuencias de los malos hábitos que nos genera el acné, podemos comenzar por dejar de llevar una vida sedentaria: haciendo ejercicio, comiendo menos grasas y tomando agua para así, a largo plazo y sin esfuerzo, mejorar la apariencia de nuestra piel.
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