Hola, soy la frente de una piel grasa y sufro una deshidratación de elefante. Antes del verano, era grasa pero veía el vaso de agua medio lleno. Mantuve la esperanza de que se llenase la otra mitad para no sufrir deshidratación pero se ve que la persona a la que voy irremediablemente pegada no supo ver lo importante que era para mi bienestar.
Y aquí estoy a finales de septiembre con una sed de camello que se nota en la frente como la piel de una lagartija. Con todos esos animales, ya puedo montar mi propio zoológico: seguro que ahí me llenarían el vaso que ya no tiene ni la mitad del agua. El líquido se perdió por evaporación y transpiración a causa de las temperaturas veraniegas. Para rematarlo, me llevaron a la playa a tomar el sol: mucho cuidado con la protección solar pero la rehidratación una vez en casa, missing.
Se lo tengo dicho: necesito más hidratación. La deshidratación me afea, me salen arrugas de deshidratación (sí, eso existe). Las podéis ver en esa foto en la que salgo tan desfavorecida: el relieve de la piel, como un papel arrugado que vuelves a abrir e intentas planchar con la mano. ¡Así me tengo que ver!
Necesito … no, exijo una mascarilla de hidratación semanal y un serum a diario hasta que vuelva a quedar lisa, con un relieve planchado de verdad y no como el papel arrugado. Cuando se llene el vaso otra vez, volveré a lucir mis mejores galas. La próxima primavera, ten cuidado antes de estropearme el vestido.
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