Pasada la pubertad son muchos los hombres que se preguntan si su pene se ha desarrollado lo suficiente, pues consideran que el tamaño del mismo determinará su capacidad para ser buenos amantes y dar placer a su parejas. Y se lo miden, tanto en su estado natural como en el momento de la erección, y buscan información sobre el tamaño normal del pene, y se preocupan si no llegan a la media, y algunos se acomplejan ya antes de su primera relación poniendo trabas a lo que debería ser un momento de disfrute. ¿Importa acaso el tamaño?: por qué tenemos que dejar de medirnos el pene.
El tamaño normal del pene es... qué mas da
En conversaciones entre hombres seguro que más de una vez habéis hablado del tamaño de vuestro pene: me mide 10, me mide 13, me mide 16, me mide 18,5 cm. Hasta existe el llamado "síndrome del vestuario", por el que muchos se comparan con otros hombres sintiendo que no dan la talla, cuando probablemente tengan un tamaño perfectamente válido. Y luego preguntáis, ¿desde dónde se mide? Porque unos miden desde donde acaba el escroto y otros desde donde empieza en el abdomen. Pero claro, esto varía también si tenéis barriga o si no la tenéis, porque la grasa tiende a esconder parte del pene que añadiría centímetros de no estar ahí.
Total, que nos la medimos y nos quedamos con el tamaño en la mente, grabado a fuego, para comparar con los demás y para saber si entra dentro de la media. Buscamos información para saber cuál es el tamaño normal y desearíamos estar en la media o un poco más, pero pasa una cosa, que la estadística es muy clara: para que haya una media tiene que haber un montón de penes más grandes y un montón de penes más pequeños. No pueden estar todos en la media, porque entonces el dato sería irreal.
De vez en cuando en alguna noticia se habla del tamaño del pene y nos dicen cuál es el tamaño normal, o el tamaño medio. Y ahí que vamos a compararnos, o incluso a medírnosla otra vez. Pero, ¿qué más da?
¿Más es mejor?
Es la creencia. De igual modo que un hombre más musculado es visto como más fuerte, o uno más alto y ancho como más varonil y protector, se da por sentado que un hombre con el pene más grande será más viril, mejor amante, más capaz de reproducirse. Esto sucede también en el caso de las mujeres: las mujeres que tienen un bebé y tienen los pechos más grandes suelen dar la sensación de que producen más alimento para su bebé, cuando no es necesariamente así. De igual modo, los bebés que cuando van a empezar a comer son más gorditos, dan la sensación de que comerán de todo y perfectamente (porque ya tienen cara de ser glotones), y de nuevo no tiene por qué ser así.
En 2013, por dar más ejemplos, un estudio de la Universidad de Londres explicó que los hombres con menos recursos económicos, o que tienen hambre en el momento en que les preguntan, prefieren a las mujeres con más curvas. ¿La explicación? Que sienten que necesitan recursos, comida, sustento, y asocian de manera inconsciente a la mujer más voluptuosa con una mayor facilidad de conseguir esa comida o esos recursos. O sea, que los hombres podríamos estar "programados" en nuestro subconsciente para, en caso de sentir necesidad, buscar a una pareja que pueda proveer la supervivencia, tanto la nuestra, como la de la familia, pudiendo alimentar bien a los hijos que tengamos en común.
En el caso del pene, otro estudio demostró en 2013 que las mujeres ven más atractivos a los hombres altos con espalda ancha y con el pene más grande, y se piensa que en tiempos remotos, cuando el pene iba al descubierto, las mujeres escogían a sus parejas de ese modo por considerarlos mejores a la hora de reproducirse, de manera que se produjo una selección natural que nos lleva a nuestros días, cuando el tamaño medio del pene es mayor que el tamaño medio de hace miles y miles de años.
¿Pero no dicen que mejor pequeña y juguetona que grande y torpe?
Eso dicen, y por algo será. Los bebés más gorditos no tienen por qué comer mejor que los que son más delgados... los hay que comen fatal. Las mujeres con más curvas no tienen por qué ser más capaces de "traer recursos" a casa, el tamaño del pecho de las mujeres no hace que sean mejores amantes ni que produzcan más leche materna para sus bebés y el tamaño del pene no hace que un hombre tenga más probabilidades de tener hijos.
¡Pero el pene hay que introducirlo en una cavidad y el tamaño hará que se abra más o menos, o que llegue más al fondo o menos!, me diréis. Y así es, pero tan pene es el más grande como el más pequeño y el tamaño no es lo que más determinará el placer que se pueda conseguir.
Si hablamos de mujeres, hay que tener en cuenta que la vagina no es un espacio real, sino un espacio virtual. Está normalmente cerrada y al ser capaz de dilatarse, se adapta al tamaño del pene que la penetra. Si el pene es más grande, tendrá que dilatarse más y probablemente hará falta una mayor lubricación y paciencia. Si además tenemos en cuenta que la parte más sensible de la misma son los primeros centímetros, el beneficio de que el pene sea más largo es relativo, y en todo caso habría que hablar del diámetro, de la anchura, pero de nuevo diríamos lo mismo: requiere de más tiempo o un mayor estímulo en las preliminares para que se dilate y lubrique lo suficiente para que no le duela, o tirar de algún lubricante externo.
Si hablamos de hombres, el tema es aún más flagrante. El recto es menos elástico que la vagina de la mujer y no tiene la capacidad de lubricarse por sí mismo, así que según sea el tamaño más doloroso puede ser el coito y necesitará de un movimiento más calculado (más recto, menos lateral) y un ángulo tal que evite que la persona "pasiva" sufra, en vez de disfrutar.
En este sentido es curioso (o quizás no lo sea) ver cómo afecta el tamaño del pene a la psique de las personas homosexuales: un estudio publicado en el año 2011 mostró que el 7% de los hombres sentían que su pene era más pequeño de la media, el 53,9% que tenía el tamaño normal y el 35,5% que era más grande. Los que lo tenían más grande fueron más propensos a identificarse como "top" (activos) y los que consideraban que lo tenían más pequeño se identificaban en gran parte como "bottom" (pasivos), de manera que la percepción de cada uno en relación al tamaño de su pene le hace posicionarse a nivel sexual y psicosocial, cuando en teoría no debería importar.
Porque, ¿qué pasa cuando un activo se encuentra con un pasivo con el pene más grande? No debería pasar nada, pero los hay que se molestan un poco, como si sintieran que el otro pudiera ejercer su rol de activo mejor que él.
Que sí, que vale más que sea juguetona
Basta con preguntar a las mujeres y a los homosexuales pasivos para saber que en realidad vale más que sea juguetona, o lo que es lo mismo, que el tamaño no es lo único importante, ni mucho menos. Puede pasar que un hombre tenga el pene grande y sienta "el poder" de su miembro, y en cierto modo su interés se centre sobre todo en la penetración, en sentir y dar placer de ese modo, obviando en parte otros actos que pueden ser igual o más placenteros. Incluso puede suceder que necesite aplicar alguna medida que haga de tope en la base del pene, para no dañar a la pareja.
Un hombre con un pene más pequeño puede optar por dedicarse más a otras cosas, a las caricias previas o durante, a seguir tocando, a moverse de diferentes maneras o con diferente cadencia, como si quisiera compensar una cosa con otra (pese a que, como hemos dicho, la mayoría de hombres tienen un pene perfectamente válido para satisfacer a cualquier mujer y cualquier hombre).
Por otra parte, más que el tamaño puede importar el tiempo que pueda mantenerse una penetración (si eyacula pronto y el pene pierde la erección la pareja puede quedarse a medias), el seguir con el pene erecto a pesar de eyacular (hay hombres que después de eyacular pueden seguir con el acto sexual porque no pierden la erección) o incluso el nivel de erección que se consiga (no es lo mismo que se levante un poco pero sea maleable a que se levante un poco más y quede más rígido).
Vamos, que si fuéramos desnudos por la calle y tuviéramos que ser escogidos por nuestras parejas "a ojo" tendríamos que decir que sí, el pene importa. Pero como no es el caso, tenemos que dejar de medírnosla de una vez y preocuparnos más por cómo ser mejores amantes independientemente de lo que nos mida. Lo importante es disfrutar y hacer que la pareja disfrute, y eso se puede conseguir con cualquier tipo de pene.
Antes que a uno que me penetre con su gran pene como si fuera un caballo prefiero a uno que lo tenga más pequeño y se mueva como un ninja. Fdo: Anónimo.
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