La vendimia ya está hecha y tenemos buenas uvas en el mercado fresco. Quisiera hablaros de la cura de uvas porque es el momento perfecto para apuntarte a esta monodieta depurativa, energizante y desintoxicante que podría sorprenderte por su facilidad y resultados.
Se trata de comer sólo uvas y zumo de uvas durante unos días. Hay personas que afirman que deben ser 5 días completos, otros que con 3 es suficiente: todo dependerá de tu motivación. Más días, sería demasiado sin que te controle un especialista.
Por supuesto, hay que ser consciente que si se tiene alguna carencia o enfermedad es mejor consultar al médico. Pero en principio es una dieta que puede seguir cualquier persona que sea aficionada a cuidarse. Esta cura de uvas es depurativa: limpia el organismo en produndidad y es revitalizante.
Estamos tan acostumbrados a leer los beneficios de los productos y las dietas que a veces no vemos toda su dimensión. El hecho que sea depurativa es perfecto para un cuerpo hinchado, que tiene retención de líquidos y que lleva tiempo zampando comidas nada equilibradas por razón de trabajo o vacaciones. ¿Os acordaréis de este post tras las vacaciones de Navidad y Reyes?.
Pero que sea energizante significa que, lejos de sentirse débil, la persona que la sigue se siente despierta, con fuerzas renovadas, ligera y con energía. Comentándolo con un matrimonio amigo, que la siguen cada año, afirman que durante esos días se sienten muy bien, cuerpo y mente rejuvenecidos, deshinchados y de buen humor: esto último punto sólo lo pueden entender quienes hayan seguido una dieta estricta de esas que estás de mala leche todo el día.
Lo ideal es alternar uvas negras (rica en taninos y vitaminas) con las blancas, más digeribles. Se puede comer de 2 a 4 kilos diarios repartidos en cinco comidas. Ya que sólo vas a comer uvas que sean buenas: no escatimes el precio y si provienen de agricultura ecológica, mucho mejor. Ingerirás calorías suficientes para poder seguir con tu rutina diaria sin problemas. Vale tomar zumo de uvas si no proviene de concentrado.
Para empezarla, no lo hagas de golpe sino aumentando las frutas y verduras en tus comidas y disminuyendo lo que más cuesta digerir: platos elaborados, salsas, etc. Al terminar la cura, vuelve a introducir poco a poco los alimentos (huevos, lácteos, pescado) y deja la carne para lo último.
Este año estoy decidida: hoy ya he empezado a sustituir desayuno y merienda (soy de las que come 5 veces al día) y sólo he tomado uvas. Mañana más y en un par de días no habrá más que uvas de colores en mi nevera (ni hablar de tener tentaciones en casa: ni latas de refrescos con gas, ni chocolate, galletas o queso). Os contaré los resultados la semana que viene. ¿Alguien se apunta conmigo?.
Fotos | ricardo.martins , cigornia, Paco Peña
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