Queremos que nos vean como una generación progresista y abierta, pero a veces no sé qué pensar sobre lo que es progreso y evolución, sobretodo cuando salimos a la calle.
Cuando lo hacemos convivimos con estilos, gente, voces familiares o desconocidas, caminamos para ir al trabajo, paseamos a nuestro perro y saludamos a nuestros vecinos, y hay que tener en cuenta que en ese tiempo muchas personas se encargan de mantener limpio el espacio público, de recoger y ordenar.
En alguna ocasión a causa de las prisas no le doy importancia al comportamiento de otros, pero otras, sinceramente, me es imposible, ya sea porque alguien se olvidó de su cultura en casa, o porque simplemente esta se perdió en la comodidad de que otro recogerá lo que dejamos en el suelo, pues para eso pagamos impuestos.
Normas básicas, como:
No tirar basura en espacios públicos, siempre hay una papelera si se busca. Recoger lo que dejamos en playa, paseos y botellones (al día siguiente los niños juegan en el parque y son propensos a cortarse con posibles cristales).
No arrojar las colillas del cigarrillo o chicles al suelo. La calle no es un cenicero enorme.
Al pasear al perro, siempre recoger sus desechos. La gente no tiene porque aguantar esto, la calle es para caminar no para saltar obstáculos.
Si vamos en el trasporte público, no hay que hablar alto, ni dejar los bolsos sueltos para que golpeen la cabeza de nadie. Hay gente que viene de largas horas de trabajo.
Se dice que es mejor perder un amigo que una tripa, pero si hay otros 5 pensando lo mismo en un autobús, no será un viaje muy gratificante.
No escupir en la calle, con la excusa de que tienen gripe o no pueden aguantarse, da mucho asco, imaginemos que lo hacen en el suelo de nuestra casa.
Respetar el paso de peatones, dejar espacio para que caminen los transeúntes.
Me encanta el arte, pero que se haga de los portales un arte sin sentido con grafitis sin mensaje, hacen una ciudad sin estética y sucia.
Respetar los estatutos de vecinos, no se puede colgar un cuadro a las 12 de la noche, y menos un domingo.
No orinar en espacios públicos, es de muy mal gusto. Una costumbre más propia de hombres que de mujeres, si ellas se aguantan, creo que nosotros podemos.
Y un largo etcétera, a medida que avanza la tecnología me parece que se deteriora una parte del comportamiento social que debería avanzar de igual forma. Hay que pensar en los demás, preocuparse por el sentido de pertenencia, las cosas están para disfrutarlas y mantenerlas, así otras generaciones podrán hacer lo mismo. ¿Vosotros qué opináis?
Cada día debe ser una muestra de ello, la limpieza y cuidado no sólo depende de los trabajadores que estén contratados, sino de todos, por algo se dice que no es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia.
Las normas urbanas que nunca hay que olvidar se resumen en las que no incomoden a mi vecino, en lo que nunca hago en mi casa y por tanto no haré fuera de ella.
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