Para empezar decir que esto va dedicado a los hombres que están cansados de las mismas historias de siempre, que les venden el cuento de hadas de que para conquistar a las mujeres hay que ser un caballero con armadura de plata. Pues lo siento chicos pero la vida real no es tan pastelosa como cuentan las historias de Disney.
Primero, y para que entendáis todo os pongo en situación, vamos a ver la vida desde los ojos de una chica normal llamada Gwendolyn. Mientras Gwendy pasea por su ciudad para llegar como cada mañana a su oficina se encuentra con unas 40 miradas lascivas por parte de hombres de todas las edades, de esos siempre está uno llamémosle Paco que suelta lindezas del tipo “Bonita, ¡Tienes más polvo que mis chanclas de la playa!” o cualquier otro piropo castizo Made in Spain. Tras llegar a la oficina y como cada día Pedro me dice lo bien que me queda esa falda o esa blusa mientras voy trabajando con esmero bajo la mirada de gran parte del público masculino. Pero no pasa nada, al llegar del duro trabajo te apetece relajarte con un snack y una revista y vas al quiosquillo más cercano y que suerte que como siempre Sebastián está abierto hasta tarde y que gracioso que es que siempre me regala unos chicles con mi Vogue y mi KitKat.
Aunque es una exageración por supuesto tenemos que partir de una premisa clara: ¡Los hombres pensamos que el pito! Y por ello inconsciente o conscientemente estamos siempre al acecho de la mujer (los solteros eh, no vaya a enfadarse mi parienta). Tratamos e intentamos seducirla halagándola y tratándola con un trato de favor como siempre hemos visto desde pequeños. El caballero debe tratarle como una reina y darle todo sus caprichos y decirle lo guapa que es y aunque esto tiene más razón que un Santo porque no hay nada más maravilloso en el mundo que la mujer que amas, para que ella se fije primero en ti no vale con ello, más bien lo contrario, necesitas otro tipo de armas.
Vale, se que suena feo pero es que las mujeres están en realidad hartas de esos hombres buitres y pesados, necesitan algo diferente, TU, ese chico que las desconcierta, que siempre está ahí pero no babosea, solo muestra una personalidad fuerte y segura de sí misma.
Y no hablamos de malotes de barrio, sino de HOMBRES con mayúscula, seguros de sí mismos y que no necesitan ir detrás de las chicas porque son ellas las que van detrás de él, el chico diferente.
¿Y cómo se consigue ser ese hombre? Pues aunque parezca difícil no es más que dejar de intentar ligar a todas horas y creer un poco en vosotros mismos. Levantad la cabeza y mostraros seguros, ¡Que sois los mejores y no necesitáis estar todo el día detrás de nadie!
Eres un chico que se preocupa por la moda, que se cuida y que siempre va genial así que no tienes que preocuparte de nada más.
Como sé que eso no es fácil aunque lo sea escribirlo, existen muchos métodos para atraer la atención de las chicas como los falsos piropos que hacen tambalear la autoestima de la mujer mientras se siente halagada, ¿Y que son estos piropos? Pues aquellos en los que la halagas y a la vez le das una puntada, como por ejemplo “Que raro, hoy llevas el pelo genial” o “Me encanta tu naricilla tan grande que tienes”
Es sencillo, ellas están tan acostumbradas a que las halaguen que cuando alguien no lo hace necesitan rápidamente ganar tu aceptación y ¡Ay amigos! ¡Ahí comienza el juego de la seducción!
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