Un lector aplicado de Mensencia me ha hecho ver que no hemos hablado todavía de qué pasos debemos seguir antes y después de aplicarnos una mascarilla facial. Tan importante como aplicar la mascarilla es preparar bien la piel para maximizar el resultado.
Ahora que vamos hacia la etapa final de verano, es un momento perfecto de hablar de ello. Si no sientes ya la piel lagarto, lagarto, pronto lo harás con tanto sol, mar, aire libre o aire acondicionado machacando la epidermis.
Os recuerdo brevemente que la mascarilla es un cosmético en crema o gel para un cuidado intensivo de la piel. No se utiliza a diario sino semanal o quincenalmente. Existen mascarillas hidratantes, reafirmantes, purificantes: estas explicaciones sirven para todo tipo de mascarilla.
Antes de aplicar la mascarilla
Si vas a utilizar tu tubo mágico, hazlo bien y sin prisas. Deja el reloj de lado y que no te molesten. Da lo mismo si es por la mañana o por la noche: eso no afecta al resultado pero sí ayuda que te relajes para este ritual de belleza. Durante una limpieza de cutis hay el masaje facial como paso previo a la mascarilla: es para que cuerpo y mente se relajen y así la piel absorba con más eficacia la mascarilla.
Hay que aplicarla con la piel limpia, limpísima. Lo ideal es limpiar con el jabón o la leche limpiadora y realizar un exfoliante facial. Fuera la capa de células muertas de la capa córnea: permite mayor absorción. Si hace poco que hiciste el peeling facial, entonces puedes aplicar la mascarilla tras la limpieza normal y el flus-flus de tónico si lo utilizas.
Os recuerdo que la mascarilla hay que aplicarla como la masilla: una capa gruesa. No es momento de economizar o no servirá de mucho.
Después de retirar la mascarilla del rostro
El después depende del tipo de mascarilla que utilices. Las mascarillas purificantes suelen secarse, incluso dar una sensación de tirantez en la piel. Estas debes retirarlas con una esponja húmeda o manopla. No limpies la piel, no hace falta. Ya la limpiaste antes y muy bien. Si tienes tónico purificante, aplícalo.
Si vas a salir, puedes aplicar tu tratamiento de día, serum, contorno de ojos, polvos bronceadores, etc. Si la has hecho de noche, aplica tus cosméticos de noche (contorno, serum y crema de noche) y a dormir.
Para retirar cualquier otro tipo de mascarilla usa kleenex, papel higiénico o algodón. Estas no se secan, son cremosas. Yo no utilizo el agua para retirarla: sólo froto la piel quitando el exceso. Para ir a dormir, no añado nada aunque si lo prefieres puedes utilizar tu rutina de noche. En realidad, la piel está empapada de producto por la mascarilla. Está colmada y feliz.
En este caso, si es de día o vas a salir de casa, te sirve ya de hidratante o base de maquillaje: no necesitas más. Encima puedes aplicar perfectamente los polvos bronceadores. ¡Qué bien debes sentir tu piel!
Foto | lafemme, Fotolia
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