Hace meses hablamos de cómo el estrés también afecta a la piel alborotando internamente nuestro cuerpo. Ese estrés reiterado es capaz de cambiar visualmente el tono de nuestra piel, se ve apagado y algo amarillento-oliváceo. El estrés oxidativo de la piel ha aumentado.
Aunque bajar el umbral del estrés siempre es positivo, no creais que todo se reduce a eliminarlo para tener una piel perfecta forever porque la edad también influye y los cambios hormonales caprichosos del organismo y contaminación externa, otro tanto. El estrés oxidativo está siempre presente.
Continuamente producimos radicales libres y cada vez más. Interior y exteriormente están ahí y trabajan de lo lindo, organizando fiestas oxidativas por su cuenta. Vamos a explicar de forma muy básica cómo afecta todo esto a la piel.
Los radicales libres y su inestabilidad
Un radical libre es una molécula que corretea por nuestro organismo con un oxígeno al que le falta un electrón, lo que la hace muy reactiva. Se dedica a chorizar el electrón del equilibrio a otras moléculas, provocando a su vez otro radical libre en busca del electrón perdido.
O lo que es lo mismo, un Clic de Playmobil que ha perdido su pie. ¡Vaya si está reactivo y nervioso, como que va cojo!. Pues nada, solución drástica: sale a la caza del pie que le dará la estabilidad. Imagínate la reacción en cadena de un montón de Clics locos por encontrar un pie (a.k.a. electrón para serg_ y otros expertos): moléculas desestabilizadas, degeneración y envejecimiento de las células y daños en su ADN. Crisis en la membrana celular y otros muros de contención como el colágeno.
La importancia de los antioxidantes
El cuerpo humano es una maravilla de máquina que lo produce todo, también los antioxidantes para combatir los radicales libres. Son moléculas que compensan del electrón que le falta al O2, con poder antioxidante. ¡Qué sería de nosotros sin la ambulancia de los Clics y su equipo de enfermeros!. Convertirnos en una pasa arrugada en poco tiempo.
De manera natural, el cuerpo produce radicales libres y antioxidantes. Y los necesitamos a ambos para funciones que no vienen al caso en cosmética y estado de la piel. Entonces, ¿dónde está el problema?. En el desequilibrio.
El estrés oxidativo o la acumulación radicales libres
Ahí marcha el pobrecito Clic guerrero que, a través de los años y por culpa de la pérdida de los pies de sus compañeros, ya no puede participar en la gloriosa misión de conservar su célula intacta y todo va desmoronándose en el Castillo de la Piel.
Ojalá no hubiese dejado entrar a los malos del tabaco, de la contaminación ambiental, las grasas y alimentos trans. Si pudiera rebobinar, comería más fruta y hortalizas que hamburguesas del Mc.Donalds. Y, interiormente, habría hecho un esfuerzo para mantener el estrés a raya y no hubiera hecho deporte como un loco.
Tendría igualmente radicales libres pero los necesarios para la autodefensa del cuerpo y no un almacén lleno de Clics sin pie que no sabe ya dónde conseguir más recambios.
La solución, Folks, está en una vida sana y la aportación extra y externa de antioxidantes: cócteles de zumo de pie para equilibrar. Pero será en otro capítulo: próximamente desde Mensencia en tu pantalla.
Foto | guatman, Rufus Gefangenen
En Mensencia | El estrés en la piel (I): utiliza cosmética revitalizante
En Arrebatadora | ¿Qué son los antioxidantes?
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