Os presento a mi amigo Francesc. Tiene la piel del rostro llena de pequeñas cicatrices a causa del acné que tuvo en su adolescencia y por no seguir las recomendaciones que todos sabemos: los granos de la cara no se tocan, no se hacen explotar, no no no pero sí.
Se ha ofrecido a dejarse retocar con maquillaje una mejilla para Mensencia, y se lo agradezco muchísimo. Os voy a comentar los tres pasos básicos que he seguido en la foto número 1, 2 y 3 hasta el resultado final. No pretendía hacer un maquillaje profesional sino disimular las cicatrices y dar algo de uniformidad con productos que tenéis al abasto.
Ninguna de las fotos ha sido retocada: ni brillo, ni saturación, ni siquiera los niveles de color. Tal cual salió de la cámara de fotos. Así, además de ver el resultado lo más natural que se pueda, podréis ver la diferencia de una piel con brillos y la misma matificada con maquillaje.
La primera foto muestra el rostro sin maquillaje. Francesc tiene la piel grasa y propensa a brillos. Hicimos la prueba de maquillaje cuando hacía un par de horas que se había aplicado su fluído hidratante (ya le convencí para que se pase a un seborregulador).
En la foto superior le aplico un corrector de maquillaje, de los que se usan para las ojeras o granitos. Os hablé del uso como rellenador en este post. Debería haber utilizado el stick por tener una textura más espesa pero tenía el pincel de L’Oréal a mano y fué el que utilicé.
El color para ese trabajo de relleno puede ser del mismo tono de la piel: escogí el tono más claro para que resalte en la foto y para que comprobéis que el color final visible es el del maquillaje, nunca el del corrector. Éste es clarísimo y veréis cómo desaparece.
Con toques de pincel, hay que rellenar los huecos de la piel, las cicatrices tipo cráter, como si fuera una masilla de relleno. Lo ideal es utilizar productos específicos de teatro o TV pero con cuidado para que quede natural. Los agujeros más pequeños desaparecen, los de mayor tamaño no. Pero se reducen.
El corrector es un producto que se absorbe rápidamente, más bien no necesita que esperes a que se seque. Con una esponja, aplico maquillaje fluído sobre la zona corregida (puedes hacerlo en todo el rostro). Como podéis ver, queda bajo el maquillaje manteniéndose invisible tras la aplicación. Utilicé el Parure Aqua de Guerlain, color beige très-foncé.
¡Voilà!. No os fijéis en que va maquillado sino en la diferencia de las dos zonas. Por ejemplo, frente y mejilla. Una brilla, la otra es mate. La frente tiene partes oscuras y claras, la mejilla presenta imperfecciones pero es mucho más uniforme. Si llevara el rostro todo maquillado igual, parecería otro.
Él mismo reconoció que no pensaba que quedaría tan natural, no se sentía maquillado ni se veía rastros de maquillaje. Está claro que al cabo de unas horas, con su piel grasa, los brillos aparecerían pero eso ya le pasa normalmente. Si te interesa ver cómo te queda a tí, sigue las instrucciones en una prueba en casa y juzga tú mismo.
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