Cuando el desfile comienza y termina en la influencer, así han desfilado Dulceida y otras millennials en la pasarela de Ze Garcia

30 Enero 2018 Actualizado 5 Febrero 2018, 08:36

Jorge Redondo

La pasarela 080 de Barcelona ha dado comienzo por todo lo alto, o no, según como se mire. Toda la atención estaba puesta en el desfile protagonizado por las influencers más famosas del momento, o al menos las más cercanas al diseñador Ze García. Algo que no es nada nuevo, lo hemos visto las últimas temporadas en Dolce & Gabbana, aumentando sus ventas sustancialmente, pero también en diferentes desfiles internacionales y nacionales con la aparición estelar de personajes mediáticos.

La idea no está mal, es incluso acertada porque hacer desfilar a las personas con más seguidores de la red tiene mucho mérito (sus cachés suelen ser muy altos) y demostrar como le sientan los diseños a ellas, mujeres sin cuerpos de modelo, puede ser muy positivo. Lo malo está cuando el desfile comienza y termina en la influencer, cuando no hay nada más que comentar porque la colección es casi indescriptible. El mérito de todas las millennials, como el propio diseñador ha querido nombrarlas, es infinito sabiendo que todas ellas recibirán, probablemente, muchas críticas. Subirse a una pasarela no es sencillo y hoy desde Dulceida hasta María Pombo pasando por Carla Hinojosa, Marta Lozano y otras muchas lo han hecho con mucha valentía.

Más allá de esto, poco se puede comentar. No encontramos ni por asomo la esencia del couture, con la que Ze García ha definido este desfile. Diseños mal cosidos, sin mucha perfección en los acabados y con un halo de fantasía que nada se acerca al estilo, la tendencia o el buen gusto. El blanco se ha convertido en el color que ha vestido a las influencers, pero la colección no acaba ahí, modelos como Lucía Rivera, Lucía Lopez, Marta Ortiz o Rocio Crusset han sido las encargadas del color y la cosa no mejora. Este tipo de desfiles tienen mucha expectación, aglutinan noticias en todos los medios y arrasan en las redes sociales, pero lo cierto es que se deja de lado lo que realmente es la moda, la costura y la delicadeza que ambas cosas conllevan.