La mujer del año en Japón, según Vogue, es una chica de casi 100 kilos y seis millones de seguidores en Instagram. Analizamos el fenómeno Naomi Watanabe

En un país donde es difícil ver a un japonés grueso -la tasa de obesidad es de tan sólo el 3%-, en una cultura donde la delgadez es la norma y muchas chicas que no entran en esos cánones se sienten avergonzadas de su cuerpo, una cómica que se sale de la norma con su actitud vital y exuberante ha conseguido convertirse en todo un referente: más de seis millones de seguidores, programas de televisión, portadas de revistas, su propia marca de ropa y hasta un tren en su nombre. Y sí: una talla XXL.

Estamos hablando de Naomi Watanabe, una chica de 29 años que no duda en disfrutar la vida a lo grande y que con casi cien kilos reconoce que su ideal estético es el de un enorme y muscular luchador de sumo. Un claro ejemplo de que el body-positive y el sentido del humor triunfan más que los ideales estéticos que se imponen.

En Japón todo el mundo (casi todo el mundo) está delgado. Menos Naomi Watanabe, una show woman de gran sonrisa y también gran tamaño, cara dulce y looks naif, que tiene como objetivo vital demostrar a las chicas que llevan más de una talla M que se puede ser feliz y tener una sana autoestima independientemente de lo que peses.

Y en este movimiento, objetivo, plan vital, llamémosle cómo queráis, las redes sociales juegan un papel fundamental. Naomi se pasa el día subiendo fotos a su cuenta de Instagram, instantáneas frescas y divertidas, en las que ella aparece siempre muy sonriente, en actitudes divertidas y con ropa muy colorida y la mar de loca. Una foto suya este verano, en la piscina y luciendo un bañador rosa chicle con bagels en la pechera le supusieron 620,000 likes, lo que la llevó al estrellato de Instagram y la consagró como una de las instagramers más valoradas del momento.

Leyendo sus declaraciones uno se da cuenta de que Naomi enarbola la bandera del humor allá donde vaya y es en parte esa forma de ver el mundo, y de no tomarse demasiado en serio así misma, lo que la ha convertido en el personaje popular que es hoy en día o que la versión japonesa de Vogue la nombrara "La mujer del año" en 2016. Una mujer que se ha puesto unos objetivos en la vida y que va a por todas, incluyendo un tour mundial en el que ha visitado ciudades como Los Ángeles, Nueva York o Taipei.

Desde los 18 ejerce como cómica y en poco tiempo se hizo popular en los shows japoneses, convirtiéndose en la Beyoncé de Japón gracias a su imitación de la estrella de la música cantando Crazy in Love. También es una experta imitando a Lady Gaga.

Pronto se hizo tan popular que se convirtió en la chica de portada de una revista especializada en tallas grandes, La Farfa (una abreviatura de mariposa en idioma italiano), convirtiéndose en uno de los referentes del pocchari boom. El término pocchari (ぽっちゃり) se utiliza para referirse a las chicas que están rellenitas o regordetas, pero de forma positiva, como algo dulce. De un tiempo para atrás ser una pocchari está de moda en Japón y gracias a La Farfa muchas japonesas han descubierto que las tallas grandes también pueden ir a la moda y ser tendencia.

Naomi ha sido nombrada en su país Pochhari-san por esta revista, vamos, la reina de las pocchari, pero no contenta con eso y con la dificultad para las chicas de su talla para encontrar una talla por encima de la M, lanzó su propia colección de ropa para tallas grandes, Punyus.

La irrupción de esta marca de ropa ha sido fundamental para todas aquellas mujeres japonesas con sobrepeso que no sólo no encontraban tallas en las tiendas, sino que veían su repertorio reducido a llevar ropa aburrida y oscura, para ocultar sus formas. Gracias a la labor de Naomi Watanabe, todas estas chicas tienen ahora la oportunidad de sentirse bien en su piel, llevando ropa bonita y no ropa que oculte.

El fenómeno explicado para occidentales

No es sólo cuestión de llevar ropa bonita, se trata ante todo de actitud y la seguridad que tiene en sí misma. Una de las cosas más admiradas de Naomi y por la que recibe más comentarios en su cuenta de Instagram. Ella no se considera una súper feminista como Beyoncé, pero quizá su forma de ser y de actuar no responde a la típica chica de su país.

¿Pero cómo es la típica chica del país y por qué Naomi no se parece a ella? Para comprender un poco el fenómeno de esta cómica XXL nos ponemos en contacto con Lisa, una chica japonesa que vive en España y le preguntamos por qué Naomi ha triunfado en Japón y cuáles son las claves de su éxito.

Lo primero que nos explica Lisa es algo que ya nos imaginábamos: "la televisión en Japón está llena de programas que solo buscan llamar la atención del espectador de una forma muy loca, divertida, original y para ello buscan gente especial, que llame mucho la atención y los convierten en estrellas", nos explica. "Naomi es muy diferente a todo el mundo en Japón, pero también es muy simpática, canta y actúa bien y los japoneses enseguida se vuelven locos con la gente así".

Nhoa, una española que vive en Japón desde hace tiempo y con la que también hemos contactado para entender bien por qué Naomi Watanabe es tan especial, nos explica algo parecido: "aquí son muy del fenómeno fan para todo. A todo el mundo le gusta Naomi porque lo vale y se lo curra, es diferente, pero dudo mucho que ninguna chica diga, voy a dejar de estar delgada por ella".

Nhoa nos advierte un poco de la doble moral de la cultura japonesa: "una cosa es lo que sale en la tele y otra lo que la gente hace en la calle. Los japoneses son delgados de base, pero por la calle ves infinidad de hombres de todo tipo, delgados, gordos, fuertes etc... En las mujeres en cuanto dejan de ser adolescentes no ves prácticamente a ninguna gorda ni rellenita. Las hay, claro, pero el porcentaje es muy bajo. En cambio puedes ver niñas y adolescentes rellenitas, no voy a decir gordas como Naomi, pero sí que tienen sus carnes. Pero se hacen adultas y lo que es bonito en una mujer es la delgadez, la fragilidad, todo lo que evoque la figura de inocencia de una niña..."

Lisa nos confirma lo que cuenta Nhoa: "la publicidad en la tele y en las revistas está llena de anuncios para ser más delgada, lo importante es pesar poco y ser bonita, literalmente y hasta en los restaurantes vienen especificadas las calorías de todos los platos".

¿Y qué pasa con el fenómeno pocchari del que Naomi es una de las abanderadas?

En opinión de Nhoa es una herramienta más de marketing, para vender más: "aquí hay mercado para todo, aunque las Pocchari son una minoría, mientras compren, consuman sus revistas, su ropa, etc., habrá mercado. Se inventan millones de cosas para vender, así que si hay chicas gorditas dispuestas a gastar publicarán revistas y lo que haga falta."

Lisa ve que la influencia de las pocchari es poco más que una moda: "la verdad es que tengo sinceras dudas de que las mujeres japonesas dejen de preocuparse por su talla o por lo que comen. Tanto como de tener una opinión propia o ser independientes. Hay mucho todavía por hacer".

En lo que ambas están de acuerdo es que la misma existencia de Naomi es un soplo de aire fresco para las chicas que son gorditas por naturaleza y no terminan de encajar en la estética delgada que es la norma en el país: "han visto en ella una esperanza, un modelo a seguir y alguien que les ha dado algo cool que vestir. Yo tengo una 38 y aquí apenas quepo en una falda...", nos aclara Nhoa.

En opinión de esta española Naomi Watanabe ha venido para quedarse: "no tiene competencia en el mercado ahora mismo y parece una chica que va a por todas, pero con los japoneses nunca sabes cómo son de verdad. Aquí las apariencias son importantes." Y luego aclara: "a no ser que se case con algún hombre y haga lo que hacen el 90% de las mujeres aquí, dejar toda su vida para criar hijos solamente."

Lisa no está tan segura sobre si es algo momentáneo o puede ayudar a que la sociedad japonesa cambie: "es una sociedad a la que le cuestan mucho los cambios, que es muy tradicional en todos los sentidos".

Naomi: un modelo a seguir ¿sí o no?

El caso de Naomi quizá es una rareza en un país marcado por las tallas pequeñas, pequeñísimas. Pero los extremos no son buenos, ni los kilos de más, ni los de menos. En Japón, como hemos comentado, es difícil encontrar una talla por encima de la M (o una talla 38, como nos ha explicado Nhoa) en las tiendas, pero por otro lado, los datos del gobierno han descubierto que hasta un 22% de las veinteañeras están por debajo de su peso sano o desnutridas. Está claro. El debate en torno a las modelos XL (o XS, es lo mismo) en realidad debería dividirse en dos aspectos: belleza y salud.

Cuando le preguntamos a Mamen Jiménez, nuestra psicóloga colaboradora, sobre la influencia de it-girls de tamaño XL como Naomi y la influencia que eso puede tener en los demás, ella nos habla precisamente de esos dos aspectos: "por un lado la salud. Ensalzar modelos poco saludables, sea por exceso o por defecto de peso, no es lo más deseable, sobre todo de cara a los adolescentes que están en pleno proceso de formación de su identidad y son permeables a los modelos que perciben."

Pero también le da importancia a la vertiente de la belleza: "sin embargo sí que puede haber aspectos positivos en la popularidad de modelos como esta: la desestigmatización de “la curva” y la, necesaria, normalización del cuerpo femenino. La existencia de variedad en los “modelos de belleza” que aparecen en los medios o en las redes puede ayudar a que se vaya aceptando y asumiendo que cuerpos femeninos hay de todos los tipos, y que pueden ser bellos a pesar de no entrar en una talla 36. A menudo vemos a personas con problemas de autoestima circunscritos absolutamente a su aspecto físico: “si no encajo, no estoy bien”."

Al final y como ella misma hace hincapié lo más importante es la promoción de la salud, tengas la talla que tengas.

Fotos| Naomi Wanatabe, Punyus

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