¿Boda del año? Más bien fiestón del año. Una habría empeñado sin remordimientos su más amado bolso high cost por vivir y despendolar en la boda de Kate Moss. No en vano ya ha sido denominada la Mosstock boda en honor a Woodstock, ya que se asemejó más a un gran festival musical que a un evento de promesas, anillos y protocolo.
Compungida porque no fue posible, Terry Richardson aparcó por el lugar sus tatuajes y su objetivo y fotografió las intimidades del día, la gente y lo ocurrido. Y una no cabía en sí de gozo...hasta la llegada de algún aguafiestas aún no identificado.
Y es que el díscolo y casi siempre poco obediente Terry tuvo la osadía de subir dichas imágenes a su blog y moi disfrutarlas cual ave rapaz a la búsqueda de carnaza. Pero una llamada, un aviso, la exclusiva con Vogue...desconocemos el porqué pero dichas imágenes han sido retiradas.
¿Cosas de exclusivas? ¿Exigencias de Mario Testino, fotógrafo oficial? ¿Petición de la Moss para resguardar su privacidad?
A trendencias no se le da con queso fácilmente. Si os puede la curiosidad y deseáis ver lo que ocurrió, Lets party !! en guest and guest, aún cuentan con el documento gráfico de la noche en que Kate prometió ser buena en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y ¿en la pobreza?
Bailemos y despendolemos con kate y jamie, la roitfeld y el jacobs....el olimpo de la moda también puede estar a nuestros pies.
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