Hace dos años, Demi Moore decidió que era hora de sentarse a escribir sus memorias. El resultado es Inside Out, un libro que se pone a la venta este miércoles (eso sí, de momento solo en inglés) y en el que narra toda una vida de altos y bajos. A los 56 años, la que fue la actriz mejor pagada de los 90, siente que ya no tiene "nada que esconder ni proteger" y se ha abierto en canal hablando de sus problemas con el alcohol y las drogas y confesando que fue víctima de una violación.
Problemas con el alcohol y las drogas
A lo largo de su vida, Demi Moore ha pasado por varias etapas en las que ha luchado contra el alcoholismo. Al llegar a Hollywood, después de haber abandonado el instituto, se refugió en el alcohol y las drogas para esconder sus inseguridades.
En los ochenta ya tuvo que ingresar en un centro de rehabilitación para controlar su adicción a esta sustancia y otras drogas. Una historia que se repitió en 2012 tras meses de fiestas después de su ruptura con Asthon Kutcher por una infidelidad de él.
En aquella ocasión, el ingreso lo precipitó una sobredosis por de drogas de diseño que había consumido en una fiesta en la que también estaba presente su hija Rumer, que tenía 23 años en aquel momento. La actriz ha contado en el libro que consumía porque sentía que su vida se estaba desmoronando al no tener una carrera ni una relación:
"Lo siguiente que recuerdo es que todo se volvió borroso y me podía ver a mí misma desde fuera. Estaba flotando fuera de mi cuerpo [...] sentí que podía dejar atrás el dolor y la vergüenza de mi vida”.
Además, de este episodio, las drogas también truncaron un embarazo en 2003, al poco de que Demi empezara a salir con Kutcher. La intérprete de Ghost, que había vuelto a beber de nuevo, se quedó en estado al poco tiempo de empezar la relación. El bebé iba a ser una niña y se llamaría Chaplin Ray. Sin embargo, sufrió un aborto a los seis meses, algo por lo que se culpó.
Problemas con su imagen
A pesar de convertirse en una de las actrices más deseadas del cine de los años ochenta y noventa, Demi Moore ha transitado un largo camino hasta aceptar su cuerpo. Unos problemas con su imagen que la han llevado a someterse a varias operaciones de cirugía estética y a estar obsesionada con con el peso.
Moore confiesa haber tenido trastornos alimenticios que le han provocado en determinados puntos de su vida una pérdida de peso preocupante. Aunque ahora asegura haber cambiado sus prioridades y que la belleza no está entre ellas.
Víctima de violación
A los 15 años, cuando todavía era adolescente, Demi Moore vivió uno de los episodios más traumáticos de toda su vida. Cuenta que, una noche, al llegar a casa, se encontró en la puerta a un conocido con las llaves del apartamento en la mano. Algo que, además de una violación, fue una traición para la actriz por parte de su madre, que habría dado permiso al hombre para hacerlo a cambio de 500 dólares.
Su madre, Virginia King, era adicta y Demi tuvo que salvarla siendo niña de varios intentos de suicidio. Nunca conoció a su padre biológico y la vida itinerante de su padrastro la obligaba a mudarse cada poco tiempo hasta que este se suicidó.
Su familia, su salvación
Es sabido que el divorcio entre Bruce Willis y Demi Moore no acabó ni con su relación ni con la familia que habían formado a lo largo de 13 años de matrimonio. Los dos actores mantienen una buena relación y se ven con frecuencia.
Moore señala en sus memorias a Willis y a las tres hijas que tuvo con él como su tabla de salvación:
“Me dieron la oportunidad de redirigir el curso de mi vida antes de que destruyera todo. Claramente ellos vieron más de mí que yo misma. Y estoy muy agradecida porque sin esa oportunidad, sin su confianza en mí, hoy no estaría aquí”.
Fotos | Instagram Demi Moore.
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