Estas portadas de libros tachan los seudónimos masculinos para dejar ver a sus autoras y es la mejor forma de dar visibilidad a su historia

A lo largo de la historia han sido muchas las autoras que han tenido que publicar sus obras firmando con un nombre de hombre para ser escuchadas y evitar, también, así la desaprobación social. La lista es larga, desde las hermanas Brontë a Mary Anne Evans (George Eliot). Algunas de ellas, como esta última, incluso siguen siendo más conocidas en la actualidad por su seudónimo que por su nombre real. Es por ello que nos ha encantado la colección que Seix Barral acaba de poner en marcha, tachando el alias con el que la novelas se publicó originalmente y resaltando el de pila de su autora.

Los dos títulos iniciales que inauguran esta colección son Indiana, que ya nunca más debería ser atribuido a George Sand sino a la francesa Amantine Aurore Dupin, y Ocaso y aurora, en ningún caso de Rafael Luna sino de Matilde Cherner. Ambos se acaban de poner a la venta y ya pueden encontrarse en librerías.

Con este pequeño gesto se reivindica de forma muy gráfica el papel invisibilizado de estas y otras grandes autoras en las letras universal. Un simple tachado se convierte en una denuncia, que podría ocupar páginas y páginas de ensayos, pero de una forma original y efectista. La verdad es que nos morimos de ganas por saber qué otros títulos pondrá en valor esta colección en los próximos meses pero, mientras tanto, pongamos respuesta a quiénes fueron Matilde Cherner y Amantine Aurore Dupin.

Indiana, George Sand Amantine Aurore Dupin

Publicada en 1832, la novela recibió la admiración de sus coetáneos. Alejandro Dumas la calificó de "obra maestra" y Balzac dijo, literalmente, que no conocía "nada más simplemente escrito, más deliciosamente concebido". Y es que Amantine Aurore Dupin fue muy leída entre sus contemporáneos que, sin embargo, no conocían su nombre sino el de un tal George Sand. 

A pesar de ello, Dupin fue una escritora de espíritu rebelde que vestía de hombre para integrarse en una escena cultural restringida a las mujeres. Luchó contra los prejuicios sociales de su época, no solo a través de su pluma, sino que predicó con el ejemplo renegando del matrimonio y renunciando a un título nobiliario para poder divorciarse,

Entre sus obras más exitosas se encuentran Lélia, El compañero de Francia, Consuelo o Los maestros soñadores. No obstante, es Indiana la lectura imprescindible de su biblioteca. Una denuncia de las condiciones injustas del matrimonio y una reflexión sobre el adulterio y el deseo femenino.

Cuenta la historia de Indiana, una joven aristócrata francesa cuya vida se consume en un matrimonio gris con un hombre mayor al que no ama. Por suerte o por desgracia, todo cambia cuando conoce a Raymon, un joven apuesto y seductor del que se enamora.

Ocaso y aurora, Rafael Luna Matilde Cherner 

En España también tenemos casos de autoras que tuvieron que ocultar su identidad para publicar novelas de géneros de prestigio o que desafiaran los roles de género establecidos. Matilde Cherner fue una de ellas, una escritora controvertida a la que se conoció con el alias de Rafael Luna.

Cherner fue una intelectual republicana de ideas progresistas, una marcada libertad de pensamiento y clara vocación ideológica. Empezó su carrera publicando en periódicos locales y no dudó en escribir sobre asuntos polémicos como la educación de la mujer, su acceso a la universidad, la prostitución o la monarquía.

Ocaso y aurora fue escrita en 1878 y se concibió inicialmente como un serial para la prensa. En sus páginas nos transporta a los convulsos tiempos de Carlos II el Hechizado cuando, a su muerte, el conde de Frigiliana emprende una carrera contrarreloj para encontrar al sucesor que asegure la continuidad de la sangre española en el poder. Una época en la que las intrigas y tensiones políticas marcaron el destino del país.

Los temas centrales son la monarquía y el patriotismo, mostrando las consecuencias de los acontecimientos históricos en la vida privada de los personajes, especialmente en los femeninos.

Fotos | Seix Barral.