Mientras lees estas líneas, en las oficinas de Temas de hoy se revisan las correcciones de la traducción de Mi cuerpo, el libro de Emily Ratajkowski que salió a la venta el pasado 9 de noviembre en inglés y que en español publicará la editorial propiedad de Planeta en marzo 2022. Una recopilación de ensayos en los que la modelo y empresaria ha reflexionado sobre lo que vender su imagen como forma de vida le ha supuesto, tanto en lo bueno como en lo malo.
"El presente libro está lleno de ideas y realidades que no estuve dispuesta a afrontar en periodos anteriores de mi vida, o quizá era incapaz de hacerlo. Convertí en costumbre desechar experiencias que me resultaran dolorosas o fuesen incoherentes con lo que quería creer: que yo era el testimonio vivo de una mujer empoderada gracias a la mercantilización de su imagen y de su cuerpo", así empieza describiendo la propia Emily Ratajkowski el contenido de My Body, que arrasó en la preventa y que es actualmente uno de los libros más vendidos en Amazon.
Y continúa explicando: "Enfrentarme a la realidad más matizada de mi posición supuso un despertar complicado que fue brutal y devastador para una identidad y una narrativa a las que me había aferrado con desesperación. Me vi obligada a enfrentarme a unas cuantas verdades desagradables respecto a lo que me parecía importante, lo que pensaba que era el amor, lo que que creía que me hacía especial, y tuve que confrontar además la realidad de mi propia relación con mi cuerpo".
De artículo más leído del año a best seller
Desde que se hiciera famosa en 2013 por bailar semidesnuda en el videoclip de Blurred Lines de Robin Thicke, su imagen se ha vuelto omnipresente: con presencia en películas como Perdida de David Fincher, campañas publicitarias y fotos de paparazzi, hasta sus propias publicaciones de Instagram, donde acumula más de 28 millones de seguidores. Curiosamente, su fama ha perdurado más que la del cantante de aquella canción del verano que se quedó en one hit wonder y que hoy está denostada por su letra machista. Y eso que su papel en el vídeo musical era prácticamente de mera figurante.
Fue en 2018 cuando Emily empezó a escribir estos ensayos. A su madre le habían diagnosticado una enfermedad crónica llamada amiloidosis y estaba sola en Los ´Ángeles mientras su marido, el productor de cine Sebastian Bear-McClard, trabajaba en Nueva York. Era una época, según ha contado, en la que sentía que le “faltaba algo”, así que empezó a escribir “para intentar averiguar en qué creía”.
Se lo acabó tomando tan en serio que, en 2019, buscó ayuda profesional en los consejos de la escritora Stephanie Danler (autora de Dulceagrio) y empezó a leer publicaciones de no ficción como si no hubiera un mañana. En su programa DIY de lecturas destacan, por su influencia final en la obra: El anzuelo del diablo de Leslie Jamison, Tres mujeres de Lisa Taddeo, Cómo escribir una novela autobiográfica de Alexander Chee y The Reckonings de Lacy Johnson, que se ha convertido en uno de sus libros favoritos.
En 2020, The Cut le compró y publicó uno de los ensayos, titulado Buying Myself Back (Comprándome de vuelta), en el que reúne momentos en los que ha visto como imágenes suyas se compran, venden y comparten sin su consentimiento y donde asegura haber aprendido que su imagen y reflejo no le pertenecen. Aquel se convirtió en el artículo más leído del año en la revista y el contrato editorial no se hizo esperar. ¿Su objetivo? Iniciar una conversación sobre cosificación y fetichización de la belleza femenina, el desprecio por la sexualidad de las mujeres, la dinámica perversa de las industrias de la moda y el cine, y la zona gris entre el consentimiento y el abuso.
De momento, Lena Dunham ya ha dicho sobre él que "su prosa es, por momentos, suave como la miel y despiadada, desgarradora y herida. Conoce el dolor que vive cada mujer y no tiene miedo decir que ha estado ahí", ha escrito la creadora de Girls.
Fotos | Gtres y @temasdehoy
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