Jasmín rebelándose contra la realidad que la rodea y convirtiéndose en sultán por sus propios méritos, no por matrimonio. Nala y Ayira viviendo un incipiente amor en la sabana, tras derrotar a Scar. Cenicienta imponiéndose sobre su madrastra y sus hermanastras. Bella tomando consciencia de que es maltratada por Bestia. Ariel convertida en una cantante de éxito que puso su profesión por encima del amor. Aurora tomando las riendas de su destino y su libertad. Y Blancanieves envenenando con una manzana a su príncipe maltratador.
Estas historias no tienen nada que ver con los cuentos que conocimos en nuestra infancia, con las princesas Disney que vimos en el cine. Estas historias son la reinterpretación que ha hecho Covadonga González-Pola (escritora, asesora literaria y ambientóloga) en su libro Las niñas ya no quieren ser princesas de las leyendas que han pasado de generación en generación y que han sido acusadas muchas veces de perpetuar estereotipos machistas en la formación de los niños.
Hablamos con ella y nos cuenta que es, en realidad, una gran fan de Disney, pero que se ha ido dando cuenta de que muchos de sus modelos no eran los más adecuados para la vida real, «sobre todo en el caso de los que nos venden que la bondad es lo mismo que dejarse maltratar o en los que la solución es aguardar a que alguien (un príncipe, un hada madrina) te rescate. Hace ya unos años que empezaron a salir ilustradores a reinterpretar a las princesas Disney. Pensé que esto nos hablaba de que cada vez más gente se replanteaba sus referencias clásicas y quería darles un toque nuevo, así que era mi momento para plantear cómo serían las princesas Disney si decidieran salvarse a sí mismas».
La lectura de su libro parece más dirigida a adultos que a niños, aunque Covadonga considera que «puede ayudar mucho a los adolescentes. Lo han puesto como lectura de instituto para debatir sobre temas de igualdad. Y también hay lectores, cosa que me parece importante. No únicamente lectoras».
De las siete historias que componen la obra, ella se queda con la titulada «Querido papá», basada en la película de La Bella y la Bestia. Es una narración en forma de cartas que Bella le escribe a su padre cuando decide cambiarse por él y quedarse como prisionera en el castillo de la Bestia: «El personaje de la Bestia es un hombre arrogante y con un temperamento terrible, que solo cambia (un poquito) cuando se enamora de Bella. La Bella y la Bestia nos plantea que una actitud dócil puede cambiar aun maltratador y, desafortunadamente, sabemos que este tipo de historias no tienen final feliz».
Cada relato pretende hacer hincapié en un tema de género diferente «y que se planteaba de manera antigua y a mi entender equivocada en cada película. En esta se habla del maltrato, pero tenemos muchas, como el trabajo de la asertividad que necesita Cenicienta, los derechos a acceder a puestos de poder, el matrimonio concertado, la mujer como premio, la necesidad de una mayor sororidad, la presión para casarnos y tener hijos...».
Covadonga quiere aclarar que no pretende censurar a Disney, «que además ha cambiado mucho su visión en los últimos tiempos. Creo que con libros así hacemos una llamada a ver cine, leer libros y, en general, vivir la vida con espíritu crítico. Hay cosas que son muy bonitas en la ficción, sobre todo con esas canciones y esos vestidos tan preciosos de Disney, pero debemos ser conscientes de que son eso: modelos de ficción. En el mundo en que vivimos, debemos tener claras dos lecciones: respetar a todo el mundo y responsabilizarnos de nuestra propia vida, tanto mujeres como hombres, sin estar esperando a que otra persona nos rescate».
Imágenes | Esdrújula Ediciones.
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