Siete novelas con las que millennials y zetas quemados podemos sentirnos identificados y comprendidos

Aunque pertenezcamos a generaciones diferentes para los sociólogos, los Millennials y la Generación Z somos los jóvenes (si, vale, algunos más que otros) en activo de la actualidad. Las dos generaciones dominantes de Internet, marcados por las crisis económicas, la precariedad laboral y la liquidez de las relaciones. Poco a poco, hemos visto cómo la inestabilidad que creíamos temporal y propia de los primeros años de la vida adulta se cronificaba, abocandonos al desgaste de la carrera de fondo y el temor a un futuro sin garantías. La literatura, por supuesto, ha dado cuenta de ello y estas novelas no solo tienen la capacidad de poderte hacer sentir comprendido sino menos solo.

Supersaurio, Meryem El Mehdati

Como su autora, la protagonista de esta novela se llama Meryem, pero nadie escribe bien su nombre. Tiene veinticinco años y acaba de empezar a trabajar en las oficinas de la cadena de supermercados más importante de las islas Canarias. Para evadir la tristeza que provoca la precariedad y la alienación laboral, escribe en sus ratos de ocio fanfiction protagonizada por los personajes de Harry Potter, los de Crepúsculo y por sus compañeros de oficina. Todas las mañanas, antes de fichar, se repite a sí misma que no va a heredar la empresa porque teme, como ella misma dice, "creer que soy alguien cuando no soy nadie, solo soy una persona con un trabajo de mierda,  un trabajo que no sirve para nada". Un libro muy costumbrista y lleno de referencias pop actuales sobre el proceso de adaptarse, en los primeros empleos, al sinsentido que es levantarse todas las mañanas para producir como máquinas.

Poco se habla de esto, Patricia Lockwood

La protagonista de esta novela es adicta a un espacio virtual en el que pasa el día observando vídeos ridículos, noticias falsas, opiniones furibundas y fotografías de gente feliz. El portal se ha convertido en su vida desde que sus publicaciones en las redes sociales han empezado a ganar cierta notoriedad y le hacen viajar a diferentes países para dar charlas y encontrarse con sus fans. Cuanto más cerca acechan las amenazas del mundo real (el cambio climático, la precariedad y el ascenso al poder de un dictador), más profundo se sumerge ella en el vacío del portal. Pero un día recibe un mensaje de su madre que le dará un vuelco a todo y la obligará a reaccionar. Una arriesgada y original carta de amor al scroll infinito y una reflexión profunda y sincera sobre el amor, las conexiones humanas y la importancia del lenguaje.

Todo lo que sé sobre el amor, Dolly Alderton

Convertido en uno de los grandes fenómenos boca-oreja de los últimos años, el libro narra en primera persona el paso de la adolescencia a la vida adulta de una joven como cualquier otra que deambula buscándose a sí misma, fracasando en lo personal y profesional, sobreviviendo con la cuenta en números rojos y dándose de bruces con el desamor en cada esquina. Y, a pesar de ello, disfrutando y exprimiendo cada momento importante de la vida como solo un veinteañero sabe hacer.

Dónde estás, mundo bello, Sally Rooney

Rooney despliega en las páginas de esta novela su capacidad para analizar el comportamiento humano y vuelve a demostrar por qué es una de las autoras más importantes del momento. Lo hace con una historia en la que busca la belleza en los claroscuros de la amistad y en el porvenir incierto de nuestro planeta. Alice, Felix, Eileen y Simon todavía son jóvenes, pero pronto dejarán de serlo. Se juntan y se separan, se desean y se mienten. Tienen sexo, sufren por amor, por sus amistades y por el mundo en el que viven. ¿Están en la última sala iluminada antes de la oscuridad? ¿Encontrarán una manera de creer en un mundo bello?

Algo temporal, Hilary Leichter

¿Cuántos empleos has encadenado en los últimos años? ¿Has llegado a tener algo parecido a un trabajo serio? Para la protagonista de esta novela disparatada, cada trabajo que consigue es más inestable que el anterior. Y también más absurdo: desde fregar la cubierta de un barco pirata hasta llevar consigo las cenizas de su jefe, pasando por ayudar a un asesino a sueldo. Sueña con lograr alguna clase de permanencia en un presente en el que no es posible pensar a largo plazo, mientras distribuye su tiempo libre entre sus dieciocho novios y un fantasma que no se separa de ella. Todos podemos identificarnos con esta heroína de la nada pues, por mucha resistencia que opongamos, seguimos sometidos a las dinámicas de una sociedad que nos reduce a simples seres de paso y eslabones prescindibles de una cadena de producción.

Desencajada, Margaryta Yakovenko

La historia de Daria Kovalenko Petrova, nacida en Ucrania en 1992 pero pronto emigrada a España, es la historia de una ruptura amorosa en la edad de Instagram, la reconstrucción de un relato familiar marcado por la migración, las dificultades económicas y el testimonio de una generación que ha asumido sus condiciones materiales como un estado de crisis permanente. Al mismo tiempo, la biografía de nuestro personaje aloja la historia de dos decepciones: la de la Unión Soviética en el siglo XX y la de la sociedad occidental en el siglo XXI.

Esclavos del trabajo, Daria Bogda´nska

“Se dice que la esclavitud acabó hace cien años...”, reflexiona Daria mientras observa un viernes por la noche a los hípsters de Malmö pidiendo comida en el restaurante indio donde ella y sus compañeros se dejan la piel por unas pocas coronas la hora; “¡No quiero ser una esclava!”, exclama al acostarse en su habitación sin ventana. Decide afiliarse a un sindicato y empieza a investigar sobre la red de restaurantes del barrio que maltratan a sus empleados y pisotean sus derechos. Esta novela gráfica es el relato autobiográfico de una lucha social que retrata una generación de jóvenes que viven en situación de riesgo social, con un futuro incierto y precario. También es el diario íntimo de una veinteañera recién llegada a una ciudad nueva en condición de emigrante, con sus anhelos, su desarraigo, sus dudas sentimentales y sus ganas de integrarse y de construir algo nuevo.

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Foto de portada | Netflix