'Testamento de juventud': una de las mejores novelas de la literatura inglesa está escrita por una mujer y, después de 90 años, se publica por primera vez en español

Cuando Testamento de juventud se publicó por primera vez en en 1933, la memorias de Vera Brittain se convirtieron en un éxito instantáneo. La primera edición se agotó en pocas semanas y la mismísima Virginia Woolf dejó constancia en su diario de cómo se quedaba despierta por las noches incapaz de dejar de leer. 

Han tenido que pasar noventa años hasta que hemos tenido la oportunidad de descubrir en castellano este clásico que se reedita constantemente en Gran Bretaña y que llega a nuestro país de la mano de Errata Naturae y Periférica.

"Si la guerra me perdona la vida", escribió Vera Brittain a su hermano, "mi único objetivo será inmortalizar en un libro nuestra historia, la de nuestros amigos". Aunque cuando se puso manos a la obra también tuvo espacio para acordarse de "aquellos a quienes no conoceremos nunca, pero que, no cabe duda, son nuestros iguales".

Le llevó casi 20 años terminar el manuscrito pero aquella promesa acabó convirtiéndose en una de las memorias más conmovedoras del siglo XX. No existen muchos testimonios de aquella juventud, la que sufrió la Primera Guerra Mundial y la posguerra, que se consideren novelas tan profundas y exactas como lo es Testamento de juventud. Prueba de ello es que ha dado origen a series de televisión, obras de teatro y películas. Entre ellas, la más famosa es el filme homónimo protagonizado en 2014 por Alicia Vikander.

Hija del propietario de una fábrica de papel de provincias que quería convertirla en una "mujer florero", Brittain luchó por emanciparse y estudiar en Oxford. El libro está considerado un clásico de la literatura feminista por su descripción de la lucha de una mujer por labrarse una carrera en una sociedad que solo aceptaba a regañadientes que las mujeres tuvieran una educación superior.

No obstante, estas memorias no son mucho más que la historia del esfuerzo de Vera por abrirse camino en un mundo de hombres, es también un grito contra el sinsentido de la guerra donde la autora perdió a su hermano, su prometido y varios amigos. El libro ha sido aclamado por su descripción del impacto que tuvo la Primera Guerra Mundial en la vida de las mujeres y la población civil de clase media en Gran Bretaña.

"Cuando rememoro la guerra, nunca es verano, sino invierno; siempre frío, oscuridad e incomodidades […]. Su símbolo permanente, para mí, es una vela clavada en el gollete de una botella, la llama diminuta parpadeando con una corriente glacial, y creando, pese a todo, la ilusión en miniatura de una luz contra una negrura opaca e infinita", escribió Vera en Testamento de juventud sobre el primer gran conflicto bélico que marcó el siglo pasado.

Convertida en enfermera del Destacamento de Ayuda Voluntario, encontró el sufrimiento en el frente durante la guerra asistiendo a heridos en Londres, Malta y Étaples en Francia. Allí vivió el fin de una época mejor en la que todo parecía más puro e ingenuo. Después de aquella experiencia regresó desilusionada a Oxford para finalizar sus estudios y, más tarde, visitó los países vencidos y ocupados por Alemania y Austria en 1923.

Vera Brittain, al principio, quiso disfrazar los hechos con ficción, pero se atascó y la primera persona emergió poética y manteniéndose siempre en los alrededores de los sentimientos, a pesar de ajustarse al marco histórico de lo sucedido y a los datos reales. Su inteligencia viva y sus creencias feministas y pacifistas hacen el resto en un libro que sigue siendo importante e igual de necesario a día de hoy. 

Fotos | Erata Naturae y Periférica y BBC Films / Heyday Films.