Así como Kelly Osbourne y Pamela Anderson me dieron dolor de ojos en Nueva York, Londres y su Semana de la Moda tienen su propia fauna de excentricidades y demás.
No se puede negar que el top ten se lo llevaría Courtney Love con su falda escocesa y su jersey grunge que parece haber conservado del armario del desaparecido Kurt Cobain. La mujer está recuperada de su delgadez extrema y sus malas cirugías, pero no parece haber recuperado su buen gusto. Aunque creo que nunca lo tuvo.
Asistió así vestida al desfile de Pringle of Scotland. Y que decir del pelo y el maquillaje, no encontró el cepillo y se tiró el bote de rubor en la cara. ¡Fatal!
Jaime Winstone pensó que iba a una gala en lugar de un desfile y como en Inglaterra la caza de zorros es casi casi deporte nacional, ella decidió llevar su trofeo puesto. ¡No me digan que el vestido en color ladrillo no le quedaba de “chorizo mal fajado”?
Y esta señora, llamada Paloma Faith al parecer es una admiradora de Mary Poppins. Pero en lugar del sobrio estilo de la niñera más famosa del mundo, la Faith escogió el blanco y el turquesa para resaltar su pelo rojo. El resultado fueron unas pintas de travesti victoriano sin lugar a dudas. Si así va al desfile de Ashish no se como andará de diario.
Sé que después de lo anterior no tengo más que decir sobre el vestido intergaláctico de Peaches Geldof. Su peinado de “sexy gatita setentera” es lo de menos frente a tanto horror.
Lo único que nos queda es la risoterapia para no picarnos los ojos de la desesperación. Esta bien que Londres sea una pasarela alternativa, pero no creo que sea una fiesta de disfraces.
Foto | Zimbio
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