Hace tiempo que vengo diciendo que ya no hay lujos como los de antes, pero de cuándo en cuándo, surgen ocasiones especiales, como la presentación de la nueva Burrough´s Reserve, la ginebra Premium de Beefeater, en las que el lujo vuelve a ser lo que era. En esta ocasión el lujo ha sido viajar a un lugar muy cercano: San Sebastián, con tiempo.
Con tiempo para pasear por la playa de la Concha, por los bares de pintxos, por las calles de esa ciudad divina, tomar un café en la terraza del Hotel Londres (con toda su historia y su encanto)... Lujo ha sido conocer el Basque Culinary Center y degustar un menú especial creado por Josean Martínez Alija, el chef de Nerua Guggenheim (con una estrella michelín entre sus logros). Y por supuesto, un lujo es conocer en primicia una ginebra distinta a todas, con un cicerone absolutamente fuera de serie, su creador: el maestro destilador de Beefeater, Desmond Payne.
Antes de abordar el contenido de nuestra protagonista: la ginebra Beefeater Burrough's Reserve, os contaré que me pareció una maravilla el Basque Culinary Center. Un lugar espectacular a la altura de la cocina que se hace en España. Tomamos un menú de Josean Martínez Alija, creado para la ginebra. Hubo platos increíbles y otros en los que para mi el sabor amargo estaba demasiado presente. Supongo que por tematizar la comida en torno a la ginebra que tan bien acompañada está con la tónica. Sobre todo, me costó el sabor amargo en el postre. Siempre espero un final dulce, creo que el cuerpo lo necesita.
No quita esto para que disfrutara de su cocina y de sus sorpresas. Con su juventud, ha conseguido una técnica muy avanzada. A destacar su caldo de tomate y aceitunas en el aperitivo. Y ya en la comida sus tomates en salsa con hierbas aromáticas sobre un fondo de alcaparras (tomatitos rellenos de distintos sabores que estallan en la boca y que son un juego para los sentidos) y el punto en el marisco. Su cigalita y su txangurro, soberbios.
A destacar también el servicio de la cena, realizado por los alumnos de tercer curso del Basque Culinary Center. Jóvenes así, con vocación, son lo que necesita la alta gastronomía de nuestro país. San Sebastián está de enhorabuena por tener un centro de este nivel.
Os tengo que decir que no soy una gran bebedora, pero me he propuesto sumarme a la moda del Gin Tonic. Mientras unos dicen que ya no se lleva, yo confieso que me ha conquistado. Me parece elegante. En copa balón, con hielo, tónica y con limón. Sin pepino, sin naranja, sin granada ni lima... sin historias. Clásica y sencilla. Por eso tenía ganas de probar esta nueva ginebra. Pero esta no es una ginebra como las demás. De barrica, floral y amaderada, es para tomar sola. Adiós a mis avances en el mundo del gin tonic.
Su concentración alcohólica hace que sólo sea apta para los que disfrutan mucho de una copa en la sobremesa o en el afterwork: 43 grados q se convierten en un gran regalo para sibaritas y amantes del gin. Para mí, una principiante del gin tonic, 43 grados, es demasiado. Pero por elegante, que no se diga, porque no puede ser más bonita. Por dentro y por fuera. Con su color ambar y su botella de cristal y madera... Matices en boca, impresionantes. Si lo tomas en copa fina, notas la madera de la barrica y si tomas en copa más ancha, casi puedes oler sus ingredientes botánicos, en especial la flor del iris y el enebro. Pero los 43 grados recorriendo tu garganta y tu cuerpo, esos sí que no te los quita nadie.
Desmond Payne, el maestro destilador nos cuenta muchas cosas que nos hacen valorar más aún la novedad. Él lleva 46 años haciendo ginebra y obtuvo el encargo de hacer algo especial. Rapidamente pensó en una ginebra de barrica(existen ya algunas de pequeños artesanos y un par de marcas selectas), pero tres años le llevo dar con la fórmula probando distintas barricas que aportaran algo especial a Borrough's y que la hicieran única. Finalmente dió con un licor francés, Lillet. En las barricas que este licor abandona, pasa en reposo esta ginebra tres meses para impregnarse de nueva personalidad. De ahí su aroma floral y amaderado.
En mi opinión, la Burrough's triunfará más entre los hombres. Mi compostura (una copa es mucho, creedme), no me permitió probar después de la cata un gin tonic. Imagino que con su hielo, su limón y su tónica, tornará más femenina. Habrá quién querrá que abandone el mundo de la gastronomía después de proponer esta mezcla con un licor tan especial y premium. Un consejo que sí gustará a los más gourmet y que nos lo ha dado el mismísimo Desmond Payne: meted la botella de Beefeater Burrough's Reserve en el congelador y tomadla bien fría y sin hielo. Y si tomáis más de una, nada de conducir.
Más información|Cena de Josean Alija en el Basque Culinary Center para presentar la ginebra Burrough's Reserve
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