Hay ocasiones en que hay que quitarse el sombrero, y con la Casa de Lujo que os presento hoy ocurre esta circunstancia. Esta increíble maravilla de diseño está situado en San Sebastián, en el mismo Monte Igueldo, y desde luego que las vistas desde fuera, desde las ventanas, y el increíble interior la hacen que sea nuestra protagonista de hoy.
Los autores de esta obra son vascos, Alejandro Peña y Juan José Arrizabalaga, y quisieron idear un espacio único de formas modernas y respetuosas con la naturaleza, en plena integración total. Querían lograr que todas las particularidades arquitectónicas se difuminasen cuando se contemplAra la obra completa. Sentir paz y armonía, y no sé vosotros, pero yo la miro, y siento esa paz…
La edificación está compuesta de un módulo principal y un edificio dedicado a los invitados. Ambos están conectados en varios puntos. Los elementos estructurales consiguen adaptarse al entorno convirtiéndose en referente, elevando el detalle a la máxima categoría. Mostrándonos una obra de arte completa, una auténtica Casa de Lujo más cerca de lo que podríamos pensar.
Villa Lamperna no adquiere un significado completo si se aleja del mar. Un Mar Cantábrico que se puede disfrutar desde los grandes ventanales, ya sabéis lo fans que somos de la luz y el espacio natural, o en el relax de la explanada exterior pincelada por suaves colores blancos. Aunque yo me quedo con el mirador sobre la piscina.
Situado a un paso de la ciudad pero lejos de su ajetreo diario, y qué ciudad, se han respetado las zonas verdes que lo rodean para hacer creer casi que la casa nace del Monte. El sólido caparazón disimula nuestra presencia ante las espectaculares vistas de la comarca donostiarra.
La piscina desbordante, cubierta de agua salada sin cloro, se sitúa en un mirador trabajado con hormigón gunitado. Vistas espectaculares y atardeceres increíbles para unos dueños que han logrado encontrar la casa de sus sueños.
El interior es también espectacular, mezclándose con el paisaje de la mejor manera posible. Una barandilla de llantas y cable trenzado permite disfrutar del paisaje en su plenitud. Ya sabéis la pasión que tengo por los cuartos de baño, y el principal de Villa Lamperna es espectacular.
Ventanas amplias; sauna, bañera, e incluso dentro de la habitación luces para crear un espacio de cromoterapia separado por la habitación con un pequeño muro. Por no hablar de los pasillos, donde el espacio es protagonista y de las estancias de la parte baja, con la cocina y el salón formando un todo armónico.
Detalles perfectos
El calor y la amabilidad de las maderas nobles conquistan el acceso a la terraza superior, uno de los espacios más relajantes de la casa. El hierro forjado se eleva por la fachada lateral, rompiendo la unión entre el vidrio, la piedra y el hormigón para construir una nueva realidad visual.
Devolviendo al ecosistema su carácter rocoso y salvaje, los paseos exteriores potencian el lado natural de la vivienda. El flanco muestra en sus dos alturas la valiosa cohesión entre materiales opacos, armazones sólidos y elementos medioambientales.
La puerta de hierro forjado, con sus remaches soldados y un singular tirador, impulsa la vertiente innovadora de la edificación. Con relieves más propios de las esculturas de vanguardia. Roca sólida, pavimento y el hormigón visto dibujan una casa llena de personalidad y sorprendente en el empleo de los diferentes materiales macizos.
La casa está sostenida sobre un hilo de mármol, con ríos de peldaños que caen por la colina en busca del mar. Pero lo más espectacular, quizá, esté también en el garaje. A pie de calle, unas dependencias de múltiples usos y una planta superior preparada para el descanso.
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