Castillo-Casa de campo de lujo en Oiartzun, San Sebastián

Ya me lo dice mi padre: hay lugares preciosos en España donde pasar unas vacaciones tranquilas como para irse al extranjero. Si quieres saber cómo es vivir en el País Vasco en un castillo, cerca de la montaña y del mar, he encontrado una vivienda de lujo: el Palacio Pagaldegarai en Oiartzun, San Sebastián.

Como véis, el castillo/casa de campo es un edificio precioso y elegante, rodeado de un bosque de hayas y robles, con un jardín muy bien cuidado. La ubicación del castillo es ideal por la intimidad que supone una casa de campo pero cerca de la población y a 15 minutos de la playa de la Concha en San Sebastian. Según el humor con el que te despiertes, puedes decidir dónde pasar el día de ocio que tienes por delante.

Lo primero que haría al levantarme es desayunar en este rincón exterior de la casa. Desde ahí se debe percibir el aroma del césped mojado que tanto me gusta y, según la temperatura ambiental, organizar mentalmente el día.

Como lo más seguro es que tuviera ganas de cotillear todas las estancias y habitaciones de las cuatro plantas del castillo, la zona deportiva del sótano donde jugar a pelota, squash o frontenis. Pero primero un buen baño matutino.

Existen 6 habitaciones y 5 cuartos de baño en la vivienda, uno de ellos con ducha con sauna. Están todos en la primera planta y yo me pido la habitación con el baño incorporado de la foto superior. Las dos habitaciones con baño compartido pueden ser para los niños.

De los tres salones, mi preferido es la biblioteca. Estas estancias tienen ese ambiente especial que te retienen para leer, repasar los libros de las estanterías, ver la TV en la pantalla de plasma, conectarte al Internet WiFi para leer los posts de Embelezzia o ver el satélite.

En realidad, no hace falta hacer nada para pasar un tiempo de calidad en la propiedad. Pasear en el jardín, adentrarse en el bosque y, al anochecer, estar frente a la chimenea del salón pequeño será perfecto. Un tiempo lejos de la civilización es relajante y revigorizante.

En el suelo de parquet, nada mejor que la sensación de ir descalzo por casa o sólo con calcetines (si hay invitados, mejor unas zapatillas discretas). Ya que me estoy imaginando una semana de vacaciones caseras, pondría las manos en la masa y haría una deliciosa tarta en la cocina, moderna y totalmente equipada. En el día a día, no siempre hay tiempo para cocinar a gusto.

En fin, que sólo de imaginármelo me he relajado tanto que estoy pensando echarme una siesta. No sé si en uno de los mullidos sofás, en el ático de madera o en la hamacas que hay en la terraza privada. Móvil off, no estoy disponible.