El pasado mes de octubre, coincidiendo con la semana de la Haute Couture de París, Victoire de Castellane presentaba su colección “Dear Dior”. De esta forma emprendía un diálogo epistolar con Monsieur Dior.
En esta segunda misiva, redactada en un tono más íntimo y a la que han titulado “Cher Dior” asistimos a la consecución de un viaje inspirado por la pasión del querido monsieur por las novelas epistolares del siglo XVIII.
Las creaciones de Victoire de Castellane son fantasiosas y generosas. Sin embargo, la alta joyería Dior se sitúa a años luz de la bisutería, y representa la alegría de vivir, los colores, los sueños, la poesía.
Las veintiuna piezas de las que se compone esta colección, maravillan por la precisión y la calidad del trabajo con las que han sido elaboradas. Tan poco discretas como las que conforman la colección precedente (Dear Dior Collection), nos transportan en un remolino de vitalidad, color, y feminidad.
¿En qué consiste el contenido de estos intercambios epistolares? Pues, evocan la importancia de la elección de los colores. En el año 1956, el diseñador aseguraba que:
“
Las joyas valen por sus colores, ya que proporcionan esplendor al rostro. Nada resulta más elegante que una faldita y un jersey negros adornados con un collar de múltiples piedras centelleantes”.
Un aspecto importante que justifica la puesta en escena de esta colección, presentada a través de vitrinas luminosas sumergidas en la oscuridad de los grandes salones del número treinta de la Avenue Montaigne.
Elegir las tonalidades, armonizar los colores, combinarlos o confrontarlos, en esto consiste en gran parte el trabajo de creación de Victoire de Castellane.
Más allá de toda esta mezcolanza de colores, resulta un auténtico placer admirar todos estos diamantes, granates, turmalinas, rubíes, esmeraldas y zafiros en degradé desde el amarillo claro al amarillo intenso, del azul pálido al violeta profundo, pasando por todas las tonalidades del rosa.
Pertenecientes a esta colección se encuentran las parures “Étincellante”, “Exquise”, “Fascinante”, “Majestueuse”. Lo realmente curioso es observar la parte de atrás de todas estas formidables piezas que reproducen un dibujo de encaje.
El oro de la montura se trabaja con precisión y meticulosidad para dar vida a un delicado motivo. Un homenaje a las llamadas “Petites mains” de todos los maestros artesanos que trabajan en los talleres tanto en los de la Haute Couture como los de la Haute Joaillerie. En la Maison Dior, el savoir faire se traduce en arte para la eternidad.
Más información | Dior En Embelezzia | "Dear Dior", la nueva colección de joyas de Victoire de Castellane
Ver todos los comentarios en https://www.trendencias.com
VER 0 Comentario