Que me explique el señor Riwin Jirapolsek, un joyero tailandés, cómo se supone que honra las esmeraldas que pertenecieron a su madre en la cabeza de su perro, por muy lujosa que sea la tiara que ha realizado.
Lujosa porque está realizada en titanio y las susodichas esmeraldas y diamantes, con un total de 250 kilates: la tiara que luce el perrito está valorada en 4,2 millones de dólares.
La lució cual príncipe imperial en una exhibición para perros y fué la estrella, claro. Además, el gusto por las joyas en Tailandia no es precisamente el mío, como imagino que tampoco el tuyo. Mamá, yo nunca te haré tal honor.
Vía | Bornrich
En Embelezzia | Las mascotas más privilegiadas