Decoración olfativa, eso es lo que nos propone la firma Diptyque París. Seguro que os ha pasado muchas veces, entrar en un sitio y que el olor te transporte a lugares conocidos, elegantes, o a hechos pasados y el aroma sea tu manera de recordar. A mi me pasó hace unos meses y no pude por menos que preguntar la firma encargada de aquel placer inesperado.
La historia de Dyptique París comienza en 1961, en el 34 boulevard Saint-Germain, con tres amigos impulsados por la misma pasión creativa. Christiane Gautrot era un diseñador de interiores, Desmond Knox-Leet, pintor e Yves Coueslant, un director de teatro y escenógrafo.
Yves se convirtió en el administrador y consultor, mientras que Desmond y Christiane fueron el alma artística. Poco a poco, el trío se transformó el lugar en un entorno único, un espacio estilo bazar donde se podían encontrar artículos sorprendentes y exóticos, traidos en sus viajes.
En marzo de 2011 celebraron su 50 aniversario con una nueva fragancia llamada "34 Boulevard Saint-Germain" de la dirección de su primera tienda. Las velas Diptyque se han convertido en los más codiciados en el mundo y sus fragancias en clásicos de culto.
Esencias cuidadosamente seleccionadas, para la casa, para el cuidado personal o perfumes, con un diseño minimalista blanco y negro, con las letras y dibujos elegantes son el sello inconfundible de los productos Diptyque. Todas las fragancias Diptyque son naturales, ya sean amaderado y picante, verde, floral y afrutado. El mayor logro de Diptyque es no haber utilizado jamás una fragancia sintética.
Me encantan las velas perfmadas Dyptique París, un lujo para los sentidos.
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